Solo podía ser él. Otro jugador nacido para jugar en tierra. Dominic Thiem demostró este viernes que es el único rival sobre la arcilla que puede frenar a Nadal. El austríaco puso fin a la racha del español de 21 triunfos consecutivos sobre esta superficie, tras batirlo por 7-5 y 6-3 en una hora y 55 minutos, que provocará el próximo lunes la vuelta a la cima del suizo Roger Federer. Rafa deja así su cuenta de semanas en el liderato, de momento, en 173. Su último periodo en el primer escalón del podio mundial ha abarcado seis semanas, a partir del 16 de abril.
El encuentro comenzó con un ritmo frenético, con dos contendientes que no querían perder su saque por nada del mundo y que regalaron a la Pista Central Manolo Santana un repertorio de intercambio de golpes desde el fondo de la pista, con un Nadal que se encontró ante un austriaco muy diferente al que vapuleó hace unas semanas en Montecarlo. Muestra de ello fue el break a favor del número siete del mundo, con el que se vino arriba y siguió plantando cara al amo de la arcilla. A pesar de que el manacorí rascó un break, nada impidió que Thiem se adjudicara, con su primer ace, la primera manga en 75 minutos. El austriaco dejó en 50 el récord que el español logró ayer, de sets consecutivos en una misma superficie. Curiosamente Thiem fue el último rival en ganarle en tierra, en los cuartos de final de Roma del año pasado.
Poco queda físicamente de aquel tenista que se vio en el terreno italiano, que ahora luce un peinado diferente y una figura más delgada y fortalecida. Siguió a lo suyo en el inicio del segundo asalto, al someter a base de potentes derechazos a un incómodo Nadal que empezó a mostrar signos de ansiedad bajo el cielo madrileño. La primera rotura para el pupilo de Günter Bresnik llegó pronto, exactamente en el tercer juego, que condicionó mucho el resto del choque frente a un español a remolque pese a que recuperó el break para poner el 3-3 en el marcador. Fue un espejismo, ya que Dominic le pagó con la misma moneda en el siguiente juego, con un auténtico recital de golpes. La guinda al pastel la puso ganando también el segundo set, y por consiguiente el partido, al resto, para echar así de la cima del ránking al balear, sacándose de paso la espina clavada de la derrota sufrida en la final de la pasada edición.
«Estoy decepcionado. No he sido lo suficientemente bueno y ahí se acaba la historia. Cuando eso ocurre hay que felicitar al rival. No ha sido un partido bueno y tengo que intentar corregirlo. No he cogido casi nunca el tiempo de la bola como para colocarme y sentir que dominaba el punto. He perdido y no hay que darle más vueltas. Hay que saber lo que no he hecho bien, reconocer la superioridad del rival a día de hoy y trabajar para la semana que viene estar listo para competir . De todas formas sé el potencial que tiene Thiem. Cuando juega bien es difícil de parar y no estamos en un deporte fácil ni en el que las diferencias sean muy grandes. Ha jugado mejor», comentó Nadal en rueda de prensa.
«No se puede retener el número uno estando tantos meses sin competir en el ránking ATP. Desde Shangai hasta Montecarlo no había terminado un torneo. Por muy bien que haya jugado el resto del año, que lo he hecho, he regalado tres meses. Ahora me quedan dos semanas buenas para sumar, pero lo que me hace feliz es estar sano y sentir que pudo competir con opciones hasta el final”, dijo sobre perder el trono mundial.
Thiem buscará alcanzar sus segundas semifinales consecutivas en la arcilla madrileña ante Kevin Anderson, sexto favorito, que se deshizo serbio Dusan Lajovic por 7-6, 3-6 y 6-3. El austríaco aún no ha probado las mieles de la victoria ante Anderson, que le venció en las seis ocasiones en las que se han visto las caras.
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