El partido, en principio, no tenía demasiado interés, de manera que se lo perdieron sin mayor preocupación todos aquellos madridistas que tenían bodas, ya fuera la propia o la de algún conocido. Sin embargo, el partido sin interés comenzó a tenerlo cuando se supo que Luca Zidane sería el portero. El hijo del entrenador debutaba con el primer equipo y el asunto era demasiado tentador como para irse de boda sin consultar el móvil. Si el chico fallaba, el técnico sería inmediatamente acusado de beneficiar a su vástago y no olvidemos que hay quienes arden en deseos de acusar a Zidane de algo. La posibilidad de que el joven Luca se luciera apenas se consideraba.
No se sabe si para proteger al muchacho o como ensayo para Kiev, Zidane alineó a un once que, con la salvedad de la portería, podría ser muy similar al que se enfrentará al Liverpool, quién sabe si el mismo. Fijas las posiciones en la defensa (Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo) y el mediocampo (Kroos, Modric, Casemiro), las únicas dudas se concentran sobre los jugadores más próximos a Cristiano. Las opciones de Benzema y Bale fluctúan últimamente a favor del galés y, en el mismo sentido, las acciones de Isco cotizan más que las de Asensio o Lucas. Equipo de gala, por tanto, con portero experimental y sorbete de morbo.
La primera sorpresa fue el entusiasmo del Real Madrid. Para los equipos acostumbrados a los duelos a primera sangre, los partidos intrascendentes suelen ser mortalmente aburridos. Más aun si en el horizonte asoma una final de la Copa de Europa. Sin embargo, los madridistas demostraron desde el primer instante ganas de jugar, dicho en el sentido más lúdico de la expresión. La consecuencia es que el equipo movió el balón con agilidad y se desplazó alrededor de la pelota con la misma soltura. Resumiendo: buen fútbol y gol de Bale a los once minutos. En primera instancia, la acción pareció llena de rebotes afortunados. La repetición nos demostró que fue Bale quien convocó a la buena suerte con un par de movimientos brillantes. Gol con la derecha, por cierto.
En el minuto 32 llegó el segundo tanto: Cristiano cabeceó a la red un centro de Marcelo con el exterior del pie, un lujo de pase y un remate espléndido, plenamente consciente (muchos cabezazos no lo son). Se vanagloriaba de Quini que cabecear con los ojos abiertos y Ronaldo estuvo muy cerca de no pestañear.
El Villarreal no bajaba los brazos y le sobraban motivos para hacerlo: jugaba contra un equipo que hacía lo mismo, pero mejor. No obstante, al Real Madrid de esta temporada le resulta muy fácil perder el hilo. Ha sido la tónica del año. Buenos partidos a ratos y grandes despistes por momentos. Un sinfín de rivales que escaparon del patíbulo.
Al gol del colombiano Roger Martínez hay poco que añadirle, ni siquiera perejil. Su zapatazo entró por la escuadra y el chico Zidane voló para la foto. Más comentado será el empate. Rodri buscó en profundidad, Samu Castillejo encaró al portero y Luca hizo una salida, digamos que mejorable, suficiente para que los críticos saltaran de alborozo. Ya hay munición para cuando se pueda disparar al entrenador.
FINAL #VillarrealRealMadrid 2-2
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¡Castillejo y Roger Martínez igualaron los goles de Cristiano y Bale! #LaLigaSantander pic.twitter.com/eQZax7IdTN— LaLiga (@LaLiga) May 19, 2018
El empate deja al Madrid en el tercer puesto del campeonato y al Atlético en el segundo; al mismo tiempo, confirma que hay problemas de concentración que no han sido resueltos. Otras conclusiones: Bale se ha ganado la titularidad para Kiev e Isco también se presenta con la mejor opción para la mediapunta.
Para el anecdotario de la Liga quedará el debut en el Villarreal de Salem Al Dawasari, uno de esos jugadores que aterrizó desde Arabia Saudí como parte de un acuerdo del que nos falta alguna hoja. No lo hizo mal, por cierto, lo que es tanto como señalar que no rompió nada.
Y no se ceben con Luca Zidane. Prueba de su inteligencia es que decidió ser portero y no jugador, la misma decisión que tomó Edinho, el hijo de Pelé, antes de tomar otras peores (derivó en narcotraficante). Sobre padres que benefician a sus hijos no me extenderé; solo les invito que observen a sus niños o que recuerden a sus padres. Todos los progenitores multiplican el talento y la belleza de sus hijos por dos y dividen el peso por el mismo número. De modo que calculen.
Zidane ya se ataca solito.Ha sido incapaz de poner nervio al equipo tirando la Liga y la Copa.Esto es el REAL MADRID no un figurante, que es en lo que lo ha convertido.No se puede ganar la Liga con un portero que encaja,de media,más de un gol por partido y pretender que no necesita otro.