Queridos hijos, hace unos días vi un partido de fútbol muy importante que se jugaba en Kiev y tengo algo que contaros:
1ª No siempre se puede ser el protagonista. A veces os tocará ser el centro, y lo celebraremos juntos y disfrutaremos mucho y seremos felices a corazón abierto, pero otras muchas, seguramente más de las que desearíais, estaréis en segunda línea. Aprended cuál es vuestro sitio y respetad al resto para haceros respetar. La generosidad os hará grandes.
2ª Si las cosas no han salido como queríais, responded con dignidad. Nada de pataletas sacadas de contexto, nada de amenazas ni de poner morritos en la esquina de la foto. Os conocerán y os definiréis justamente por vuestras reacciones en esos momentos en que la vida muestra su cara B.
3ª Si metéis la pata, pedid perdón. Todos nos equivocamos, los padres los que más. Y no suele pasar demasiado… Pero es importante saber disculparse cuando se ha errado. No dividir las faltas, sino asumir los actos y sus consecuencias. Saber pedir perdón, con humildad y sin excusas, os hará mucho más libres.
4ª No subestiméis la ayuda de un “hermano mayor”. Porque si, a pesar de todo, vuestro comportamiento no es el adecuado, siempre os tenderá una mano para excusaros y resaltar vuestro lado amable al resto del mundo. Puede ser con un “todos le conocemos” o con cualquier otra expresión. Sentíos afortunados por contar con quien no eche más leña al fuego sino que os proteja de las quemaduras.
5ª Jamás os riáis de los males ajenos. Todos podemos tener un mal día… o uno peor. Nadie está a salvo del error o del desastre. Hacer burla o mofarse de la desgracia ajena, aun cuando esta os beneficie, os rebaja en altura moral. Y hay que seguir creciendo. Siempre.
6ª Cuando alguien sufra, demostrad empatía. No hay que avergonzarse, sino al contrario, por decir: “Me da pena de él”. Poder sentirse en un momento en la piel del otro, experimentar lo que es la compasión y la empatía os dará otra perspectiva para estar en el mundo.
7ª Dad la enhorabuena aunque nadie lo espere. Aunque el otro sea vuestro eterno rival, aunque no hayáis participado en el escenario decisivo, saber reconocer los logros ajenos os ensanchará el corazón.
8ª Las renuncias duelen, pero a veces son necesarias. Imaginaos una fiesta, una gran fiesta de celebración, con todo lo que habíais anhelado siempre. Y ahora imaginaos renunciando a ella por propia voluntad… A los padres nos pasa mucho: un hijo se enferma y los planes se vuelven del revés en segundos… Pero debéis saber que después de esa ocasión que parecería la de vuestra vida, hay más oportunidades: grandes metas que pueden llevaros muy lejos. A veces la vida solo necesita de una pausa para volver a ponerse en marcha con su perfecto engranaje. Me lo ha contado un tal Carvajal que pasaba por allí.
9ª Si algo se tuerce, nunca perdáis la esperanza. Una vez conocí a una madre sabia que dijo: “No nos han dado muchas esperanzas, pero con una sola nos basta”. Si algo se pone negro, si parece que no hay tiempo ni lugar ni posibilidades para que lo bueno se cumpla, responded con la esperanza. Nada está perdido hasta que uno no se da por vencido. Luchad, porque los sueños se alimentan de la fuerza de los valientes.
10ª Las penas están para llorarlas. Las decepciones y los malos momentos son parte de la vida: ni siquiera un amor tan infinito como el de vuestro padre y el mío os podrá librar de ellas. Aceptarlas es un arte. Y el primero paso es sentirlas, con el alma y con los ojos. Llorar las penas es comenzar a superarlas.
11ª No solo de belleza vive el hombre. Ni de peinados ni de tatuajes ni de compañías imponentemente llamativas. Lo que parece obligado no tiene por qué serlo. Sed vuestro propio referente y cultivad el interior tanto o más que lo que se ve desde fuera.
12ª Las alegrías en familia saben mejor. No importa la cuenta corriente, ni el número de deportivos en el garaje, ni lo lleno que esté el pasaporte de destinos exóticos… a la hora de celebrar todos nos igualamos por lo bajo: sentándonos en un césped cualquiera para recibir el abrazo de nuestros hijos mientras se nos llena la cabeza de confeti. Esa es la verdadera gloria. La auténtica felicidad.
13ª Lo difícil es posible; lo imposible: poco probable. No dejéis que nadie os ponga trabas (“es que tres seguidas es muy difícil”). El futuro, hijos míos, es una hoja en blanco a vuestra entera disposición.
Grandiosa lección. Siempre tan certera
Jolín chica menos mal que te tenemos a ti para que expreses nuestras ideas y pensamientos con buena letra y armonía por que no es más cierto sino real… Muy buen texto terry enhorabuena
Estupenda reflexión. Muy buenas palabras.
Muy logrado Terry, tengo que decir que me ha tocado. Ha habido que volver a leerlo otra vez. A veces esto que nos cuentas, se nos olvida, y no tendría porque ser así.
Las redes sociales no siempre ayudan a compartir las emociones, las que nos gratifican y las que no. Sin embargo la familia sí, puede hacerlo. El trato con las amistades también.
Interesante reflexión. La familia es el lugar indicado para manifestarnos con toda naturalidad , sin postureos. Aceptamos nuestras limitaciones cuando comprendemos a los demás miembros de la familia, incluso a los «cuñados», sus sufrimientos y sus triunfos nos afectan. Las amistades más cercanas también están llamadas a este encuentro.