[spotifyplaybutton play=»spotify:track:2iRlI2BJWdXVUGQlyWn534″/]
Quincy Delight Jones, Jr., Quincy Jones, compositor, director, arreglista y formidable productor musical, nació en Chicago un 14 de marzo de 1933 sin saber que se convertiría en uno de los personajes más influyentes y legendarios de la historia de la música. Aunque siempre será recordado como productor de los álbumes de mayor éxito de Michael Jackson, ‘Off the Wall’, ‘Thriller’ (el álbum más vendido de todos los tiempos) y ‘Bad’, su brillante y dilatada trayectoria musical, de más de seis décadas, le ha valido para sumar siete nominaciones a los Oscar (mejor banda sonora) y un Oscar en reconocimiento a su labor en causas humanitarias, recibir la Legión de Honor francesa, sumar el récord de nominaciones para los premios Grammy (79) y ganar el premio en 28 ocasiones, incluido el Grammy Legend Award, obtener el Doctor Honoris Causa en una decena de universidades o ser galardonado con el Premio Emmy por la música del primer episodio de ‘Roots’, entre otros muchos reconocimientos y honores.
Comenzó su carrera tocando la trompeta y haciendo arreglos y grabaciones para artistas de la talla de Thelonious Monk, Charlie Parker, Billie Holiday, Miles Davis, Ray Charles y Dizzy Gillespie. Más tarde, estudió composición en París con Nadia Boulanger y Olivier Messiaen, y en la ciudad del Sena mantuvo relación con genios como Leonard Bernstein, Aaron Copland y Pablo Picasso. Luego, ya de regreso a los Estados Unidos, se convirtió en el primer afroamericano en ocupar un puesto de alta dirección en la industria musical (vicepresidente de Mercury Records), donde trabajó con Peggy Lee, Tony Bennett o Sarah Vaughan.
Antes de su mágico encuentro con Michael Jackson el genio de Chicago, además de incontables producciones y arreglos, ya había compuesto las bandas sonoras para ‘El prestamista’ (1964), de ‘Sidney Lumet’, ‘A sangre fría’ (1967), de Richard Brooks, ‘Un hombre para Ivy’ (1969), de Daniel Mann o ‘La huida’ (1972) con Steve McQueen y dirigida Sam Peckinpah, sin olvidar sus composiciones para series de televisión como ‘Ironside’ o ‘El show de Bill Cosby’.