Son seres admirados, idolatrados, capaces de ser casi un Supermán en el imaginario popular, parte de los sueños de la gente. Pero en el fondo son seres humanos como cualquiera, con habilidades especiales y, por supuesto, mucho entrenamiento. Porque nada sale por qué sí.
Conocemos las vidas y heroicidades de cada uno de ellos, como si fueran los héroe de la Antigua Grecia. Unos semidioses, fuertes, guapos, rodeados de dinero, fama e incluso, en el caso de los hombres, de mujeres guapas.
Quiero romper una lanza a favor de su posición para dar ejemplo a la juventud y a la sociedad en general. Su poder mediático es muy trascendente, especialmente en lo referente a la educación ya que son iconos para los niños, que les copian. Su estética, su forma de jugar y su actitud en el campo calan profundamente en los jóvenes. Pero, ¿y su actitud en la vida? Siempre he entendido que tienen unas obligaciones y de alguna deben devolver a la sociedad todo el cariño, admiración e incluso odio que reciben. Proporcional algunas veces al cariño recibido. Aunque ya se sabe, al “rival”, ni agua (cosa que tampoco entendí nunca, pues estos artistas son genios independientemente en el equipo que jueguen o actúen).
¿Qué significa devolver a la sociedad? Principalmente dar ejemplo. Tienen un poder que ningún profesor tiene, pueden ser maestros y ejemplo para la vida de mucha gente.
Tampoco entiendo a aquella estrella al que se le acerca un niño para pedir un autógrafo o una foto y se niega. Que no pueda perder 20 segundos de su vida para hacer feliz a la gente. Sí, quizás sea eso: hacer feliz a la gente y poder cambiarla. Ese sería, si de verdad estamos hablando de superhéroes, su superpoder: hacer felices a millones de personas. Dar ejemplo tanto con su juego como fuera de la cancha. No todo es dinero y fama. Y esa fama y esa ingente cantidad de dinero siempre pensé que obliga, como la nobleza.
Los modelos de sociedad hoy en día se toman prácticamente de los referentes mediáticos que tenemos. Ya sean músicos, deportistas o actores y actrices de cine o televisión, qué mejor que usarlo para mejorar el mundo… Preguntaros si todo el glamour que rodea al deporte es real o sólo una máscara y quién está detrás de cada deportista y qué aporta a la sociedad. En definitiva, sólo realizan proezas y crean espectáculo y diversión. Exijo, ruego, pido que sean mucho más que eso.
La sociedad se lo agradecería mucho, el futuro de nuestros hijos también y seguro que su granito de arena aportaría un mundo mejor.