Los premios que dieron el pistoletazo de salida a la temporada de premios, los Globos de Oro, se convirtieron en toda una reivindicación contra los abusos sexuales y los casos de acoso en Hollywood. Tras la avalancha de acusaciones contra Harvey Weinstein, Kevin Spacey, James Toback, Brett Ratner y otros hombres poderosos de la industria, las mujeres de Hollywood respondieron creando el movimiento #MeToo. Poco después formaron el proyecto Time’s Up, para solidarizarse con las víctimas de acoso y agresión sexual, además de proporcionar fondos para su asistencia legal. Para mostrar dicho apoyo a estas iniciativas, las celebrities se vistieron de un negro riguroso en los Globos de Oro, hecho que vimos repetido también en los BAFTA hace pocos días. Y los Oscars se nos vienen encima.
We wear black to say #TIMESUP on workplace harassment, abuse and inequality. We wear black to stand in solidarity with women of all industries, from the #BAFTAS & beyond, the message remains the same: we stand for safety and equity in the workplace #TIMESUP #WHYWEWEARBLACK pic.twitter.com/tFVAVfJQ3s
— TIME’S UP (@TIMESUPNOW) 19 de febrero de 2018
Dos personas anónimas involucradas en la campaña Time’s Up le dijeron al New York Times, que se había tomado la decisión de no pedirles a los asistentes que usasen el negro en la ceremonia
, aunque algún detalle del movimiento podría estar presente en algunos looks. Se desconoce todavía si, como ocurriese en los Globos de Oro, habrá presencia de mujeres de la plataforma en la gala, pero damos por hecho la presencia de algún tipo de homenaje que interrumpa el protocolo.¿Volverá a reinar el negro en la noche más importante de Hollywood? Pues bien, según informó el Times, la Academia desea mantener centrado el enfoque de los Oscars: «Queremos que sea lo más entretenido posible: reverente y respetuoso, pero también divertido y emocional», dijo Jennifer Todd, una de las productoras de los premios. «Los Oscar deben ser un espectáculo». Sutil, pero directa.
Channing Dungey, el presidente de la parte de entretenimiento en la cadena ABC (la cual retransmitirá la ceremonia de este año) comentó: «Ciertamente queremos honrar y respetar el movimiento Time’s Up y permitir que ese mensaje se escuche. Pero estamos tratando de hacerlo más planificado y menos improvisado. Todo tiene su momento y no queremos que nada eclipse a los artistas o las películas que se honran. Me encantaría que cada destinatario del premio no sienta que tiene que reconocerlo de manera independiente».
Parece evidente, pues, que el clasicismo que domina Hollywood impedirá que los Oscars se conviertan en otro altavoz de la protesta. Sin embargo, la pelota se encuentra en el tejado de las propias estrellas, a las que mediremos el nivel de rebeldía para con el gran poder. Hagan sus apuestas.