Paul Newman entregó parte de su sueldo a Susan Sarandon en la película Twilight (1998) al advertir que la actriz cobraba menos que los protagonistas masculinos, él mismo y Gene Hackman. Sarandon explicó que en aquella época los actores trabajaban bajo un contrato que obligaba a que todos los protagonistas ganaran lo mismo que el actor con el salario más alto. Sin embargo, sólo estaba vigente para los hombres.
Las cosas podrían estar cambiando, no obstante, al menos según cuenta la veterana actriz. “Emma Stone me dijo una vez que recibió el mismo salario que los hombres, porque sus colegas masculinos insistieron en ello y renunciaron a una parte suya”. Además de uno de los actores míticos de la historia del cine, Paul Newman fue un activista comprometido. Durante las décadas de los 60 y 70, en la cumbre de su fama, apoyó la campaña presidencial de Eugene McCarthy, contrario a la guerra de Vietnam. Su posicionamiento hizo que el gabinete Nixon lo colocara en el puesto 19 de su lista negra de enemigos.
Después de visitar el famoso restaurante Chasen’s en Hollywood y encontrar una ensalada demasiado aceitosa, decidió crear su propia compañía de salsas, cuyos beneficios (unos 220 millones de dólares) dedicó a la caridad. En 1999, Newman donó 250.000 dólares a los refugiados de Kosovo y sus aportaciones a causas medioambientales también eran frecuentes.