El Gobierno griego ha decidido suspender de forma inmediata la Liga ante los últimos actos violentos sucedidos en el campeonato, el más grave el acaecido este domingo cuando el presidente del PAOK de Salónica, Ivan Savidis, invadió el terreno de juego con una pistola y amenazó de muerte al árbitro del partido frente al AEK.
Antes de que el Gobierno tomara esta medida la Policía emitió una orden de detención contra Savidis y contra otras cuatro personas, previsiblemente sus guardaespaldas, que también invadieron el terreno de juego. «Lo que vimos es un ataque al honor del fútbol griego. Dañan al club y a los seguidores del equipo. Que alguien entre al campo con una pistola es una provocación inadmisible, independientemente de lo que haya ocurrido», afirmó Panos Skurletis, el ministro del Interior griego, en declaraciones a la agencia de noticias griega AMNA.
El encuentro entre el PAOK Salónica y el AEK Atenas, de la vigesimoquinta jornada de la Liga de Grecia, fue interrumpido antes del pitido final cuando jugadores, técnicos y directivos, incluido el presidente Savidis, invadieron el césped, este último portando un arma. La invasión del terreno de juego del estadio Tumba ocurrió justo después de que el árbitro Kominis anulara por fuera de juego un gol al jugador local Fernando Varela, en el tiempo añadido.
El encuentro transcurría con empate sin goles y en el tiempo añadido Varela introdujo el balón en la red. El árbitro señaló fuera de juego e invalidó el tanto que hubiera situado al PAOK en el liderato de la competición. Finalmente, tras dos horas de parón en las que Kominis se refugió en el vestuario, el árbitro cambió su decisión, concediendo el triunfo por 1-0 al PAOK ante el AEK Atenas y dio por concluido el encuentro.
El técnico del AEK, el español Manolo Jiménez, que vivió en primera persona los incidentes no salía de su asombro en declaraciones realizadas en El Transistor de Onda Cero. «Hemos estado más de dos horas en el vestuario y luego quería que volviésemos con lo que ha pasado; y nos dan el partido por perdido. La vergüenza es que al final el árbitro les ha dado el gol legal, después de todo lo que ha pasado. Quería reanudar el partido dos horas después y le hemos dicho que no«, relató.