El italiano Vincenzo Nibali (Bahrein) añade a su maravilloso palmarés la victoria en la Milán-San Remo, conseguida de forma heroica después de un ataque en el Poggio y una épica defensa de la ventaja lograda (doce segundos en la cumbre) en los últimos kilómetros de la carrera. Caleb Ewan y Arnaud Démare encabezaron al pelotón, que no atrapó a Nibali por un suspiro. Sagan, el principal favorito, llegó en sexta posición y Kwiatkowski, ganador el pasado año, fue 11ª.
Nibali, vencedor en el Tour (2014), Giro (2013 y 2016) y Vuelta (2010), demuestra que es un campeón de otra época, capaz de imponerse también en las Clásicas. Después de ganar el Giro de Lombardia (2015 y 2017), el Tiburón, de 33 años, se ha consagrado (por si hacía falta) en La Primavera, una carrera que no ganaba un italiano desde hace doce años (Pozzatto).
Su ataque sorprendió porque todos los ciclistas con opciones estaban vigilando a Sagan, segundo en 2013 y 2017. El Groupama de Arnaud Démare controlaba para que su velocista disputara el sprint y el Sky protegía Kwiatkowski, otro ciclista llamado a disputar el triunfo. Sin embargo, fue Nibali quien los sorprendió a todos y demostró, una vez más, que la Milán-San Remo está reservada los más grandes.