Cuando yo era socio de Estudiantes el pabellón rara vez estaba lleno. Eso ocurría únicamente en partidos verdaderamente importantes en los que, de repente, acudía un montón de gente que nunca habíamos visto. Mis compañeros de grada, con algo de sarcasmo y evidente tono despectivo, les llamaban “futboleros”. Se distinguían claramente del resto porque eran los que daban más voces. No entendían el estilo ingenioso de la grada, ni conocían a los jugadores menos conocidos, pero se permitían el lujo de emitir juicios categóricos (a gritos), sin saber nada de las peculiaridades de la temporada, de los problemas internos del equipo o de lo que había pasado hasta llegar allí.
Tengo la sensación de que cada vez que el Atlético de Madrid tiene que jugar contra el Madrid o contra el Barça, el entorno colchonero se llena también de “futboleros”. La mayoría de ellos ni siquiera son seguidores rojiblancos, pero tienen tan alto concepto de sí mismos que no se limitan a dar su opinión, muy lícita, sino que prefieren dogmatizar sobre lo que el equipo tiene que hacer o debería haber hecho. Es más, se permiten dar lecciones sobre lo que los aficionados rojiblancos tendrían que añorar y lo que deberían estar exigiendo. El fenómeno suele amplificarse y hacerse mucho más insoportable todavía cuando hay algo más que tres puntos en juego.
El Atlético de Madrid ha perdido en el Camp Nou y eso le coloca a ocho puntos del equipo blaugrana. Algo que “los futboleros” consideran intolerable y por eso han sacado el alfanje para reclamar cabezas. Es curioso pero tengo la sensación de que los más enfadados hoy con que aparentemente “ya no haya Liga” no son precisamente los aficionados colchoneros. Quizá sea fruto de mi poca pericia para ganarme la vida escribiendo lo que pienso o que he visto demasiados partidos del Atleti como para abrirme las venas por perder contra el Barça por un gol de falta ejecutado por el mejor jugador del mundo, pero mi humilde opinión deambula por derroteros distintos y algo menos histéricos.
Simeone tenía un plan. Contener el potencial ofensivo del Barça en la primera parte y abrir el partido cuando las fuerzas empezasen a estar al límite. No era un plan vistoso, ni especialmente valiente, ni demasiado original. Tampoco era un plan que últimamente le haya funcionado bien contra el Barça pero es un plan que sí ha funcionado otra veces. Guste o no, esa es la realidad.
Pero el plan de Simeone falló y lo hizo por varias razones. Una de ellas es que los cuatro mediocentros con los que jugó el Atleti frente a un equipo obsesionado con quitarte el balón fueron incapaces de hilar dos pases seguidos para construir fútbol sin espacios. Eso obligó al equipo a tener que vivir demasiado encerrado atrás y ayudó a que el Barça no sufriese en la salida del balón. Puede que también que faltase algo de intensidad.
Anulada la fase creativa, el equipo consiguió al menos concentrarse en la defensiva. Su fuerte, no lo olvidemos. El Barça dominaba el partido pero no tenía ocasiones de gol lo cual, según el plan de Simeone, hacía que el guión no se separase mucho de lo originalmente planteado. El problema es que en el equipo catalán juega un tal Messi y eso hace que ningún plan valga para nada si él se lo propone. Así de simple. Por mucho que moleste, a unos por defecto y a otros por exceso.
El Barça es un equipo impresionante y con un potencial económico al alcance de muy pocos pero tengo la sensación de que hay tres jugadores de la plantilla actual que son imposibles de sustituir. Incluso a base de dinero. Messi (por encima de todos), Iniesta y Busquets. Si alguno de los tres no está en el campo el equipo se hace humano y por lo tanto vulnerable. Iniesta, el mejor hasta ese momento, fue sustituido por lesión al acabar la primera parte. Entonces empezó otro partido.
En parte por la falta del jugador manchego y en parte por el chute de orgullo que los rojiblancos se metieron en el descanso, el equipo de Simeone hizo una segunda parte bastante digna. Metió un plus de intensidad, desplegó las líneas, empezó a usar el balón para construir fútbol y acabó llevando la iniciativa. Simeone movió el banquillo con cambios extraños pero no precisamente conservadores. Desarmó el robusto corsé defensivo y trató de igualar el partido pero el Barcelona de Valverde es un equipo que también sabe defender y, aunque acabó pidiendo la hora, apenas recibió ocasiones de gol.
No fue un partido en el que las figuras colchoneras estuvieron especialmente brillantes. Diego Costa y Griezmann apenas aparecieron. Saúl estuvo muy por debajo de lo que se espera de él. Gabi, Filipe o Godín pasaron inadvertidos. En el lado positivo destacan un poderoso Giménez, que hizo un partido excelente, y Thomas que, a pesar de ciertos errores que lo penalizan de cara al espectador, creo que fue el que más criterio puso de toda la plantilla. En la parte negativa destacan Vrsaljko, totalmente comido por la responsabilidad, y un Koke en estado preocupante y que sigue sin coger la forma.
Lo bueno de los “futboleros” que acudían al Ramiro (o al Palacio de los Deportes o a Vista Alegre) es que al día siguiente ya no venían. Entonces era mucho más fácil entender las cosas, asumirlas, discutirlas e incluso cambiarlas. Imagino que aquí pasará algo parecido y el jueves frente al Lokomotiv volveremos a estar los de siempre. Paciencia.
Muy buen artículo.
Totalmente de acuerdo en todo excepto en que Gabi y Godin pasaron desapercibidos. Tanto uno como otro fueron un desmadre de pases malos salidas al corte sin ningún sentido y perdidas de balón absurdas.
Creo que ya es hora de que el Cholo empiece a mirar que estos dos grandes jugadores ya no están para estos partidos y se les busque relevo urgente.
Pues tú llamas «futboleros» a los socios abonados como yo, y yo llamo «cholibanes» a los seguidores que en su mayoría también son socios abonados, no sé si es tu caso, como tú. Si sigues el discurso muy hábilmente marcado por el cholo al acabar el partido no dejarás de ser otro adoctrinado por el líder espiritual que maneja a su antojo la opinión de la grada del Atleti. Al menos un jugador tuvo la dignidad de reconocer que faltó actitud. Esa que ha faltado en las grandes ocasiones a las que el Cholo sabe llevar al Atleti como nadie y que una vez allí pierde por incomparecencia suya y de su propio equipo. Cholo quiere liberar tanto de responsabilidad a sus jugadores, y a él mismo, la víspera de las grandes ocasiones que salen con más miedo que vergüenza. No me imagino a un Atleti dirigido por Luis Aragonés salir a disputar Milán o el partido de Barcelona como lo ha hecho el Atleti. Es verdad que este Atleti no se parece en nada al que me enganchó de pequeño de la mano de mi abuelo, con Gárate, Ayala, Pereira, Leivinha y Luis en sus filas. Aquél equipo frente a Madrid y Barsa se ponía de puntillas para mirarles los ojos. Este espera agazapado que la fortuna le dé una oportunidad confiando en ser capaz de aprovecharla. No solo es mezquino e impropio de un equipo que quiere ser campeón, es que es un estupidez, por que esos equipos, os grandes, son lo que son porque llegado el momento no perdonan. Gánales tú porque no van a perder ellos. Y ese discurso del Cholo acerca del presupuesto que tanto ha calado en la grada no tiene sentido. Porque el Atleti tiene 10 ligas y 10 copas con esas circunstancias. Las últimas con él y con más del doble de diferencia presupuestaria que hoy. Falta ambición y arrogancia y sobra sumisión y resignación. Hemos pasado de una grada que pedía luchar por los títulos a una grada que se da por satisfecha por los rankings y alcanzar finales y perderlas sin dar la cara como lo haría quien aspira a ser campeón. A este Atleti le falta eso, y a la grada y al club también, porque si estos últimos, como tú, no lo exigís los del campo no sentirán esa obligación. E insisto, no exijo ganar, exijo dar el máximo por ganar. Si luego pierdes te vas a casa con la cabeza alta. Pretender jugar a la portería a cero contra Madrid y Barsa es de una ingenuidad que ofende. Lo podrás conseguir, pero no es lo normal. Así que o miras la portería contraria o no saltes al campo a hacer el paripé para que te ganen como siempre. A un Barsa mejor que el actual le eliminamos en Champions yendo a por él, no esperando que fallara. Ir a dar la cara aunque te la partan. Y eso no es ir alocadamente, que el Atleti sabe defender sobradamente bien para nada y guardar la ropa. Pero si hace solo lo segundo no tendrá peces.