La madurez es indispensable para poder seguir creciendo. España se lo tomó en serio desde hace tiempo, aunque, a veces, la juventud de este equipo sea un arma de doble filo. Después de haber ganado la Algarve Cup el año pasado y de una Eurocopa agridulce de por medio, el equipo dirigido por Jorge Vilda desembarcaba en otra final con la ambición intacta, pero con un año más en el carnet de identidad.
España no entiende de especulaciones, y eso es bueno. Se metió en el partido tomando la iniciativa e hizo sufrir a Italia con una presión ordenada. Sin embargo, y después de que se escapasen dos ocasiones claras de Alexia y Olga García, España padeció de relajación y de sobeteo excesivo de la pelota en zonas innecesarias. De ahí, que triangulaciones prometedoras se quedasen en nada una vez que se llegaba al borde del área. Italia inquietó poco el área de Lola Gallardo, pero cuando lo hizo, generó ciertas dudas. España bailaba entre la indecisión, el dominio y la falta de puntería.
⏳ ¡¡DESCANSO EN EL AEK ARENA!! ¡A seguir el buen trabajo en la segunda parte y a conseguir el TRIUNFO ?! | ?? – ?? | 0-0 | 45′ | #JugarLucharYGanar #CyprusWomensCup
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— Selección Española de Fútbol (@SeFutbol) 7 de marzo de 2018