Como es habitual, un streaming extranjero tuvo que ser suficiente para seguir el segundo partido de España en la Cyprus Cup. Enfrente, una de nuestras víctimas favoritas, Bélgica, a la que le vimos las mismas virtudes y las mismas carencias de siempre. A lo de siempre, también jugó España. El equipo de Jorge Vilda se subió al escenario para brindar un nuevo monólogo con el balón en los pies, mientras Bélgica disfrutaba de hacer kilómetros.
España tuvo la pelota, la retuvo, pero faltó profundidad, acierto y decisión en los metros finales para inaugurar el marcador en la primera parte. Marta Carro se hizo dueña de la recuperación con muchos galones y con un desparpajo sorprendente a pesar de haber debutado con el equipo el pasado miércoles ante Austria. A la novedad de Carro, se sumó la costumbre que tiene Jenni Hermoso de volverse imaginativa para darle soluciones a España que a nadie más se le ocurren. Desde casi su propio área, desde donde haga falta. España tuvo ocasiones, pero se fue a los vestuarios con las manos vacías.
⏳ ¡¡DESCANSO EN LÁRNACA!! España domina el encuentro y tiene todavía 45 minutos por delante para alzarse con el triunfo ? | ?? – ?? | 0-0 | 45′ | #JugarLucharYGanar
— Selección Española de Fútbol (@SeFutbol) 2 de marzo de 2018
El carrusel de cambios de la segunda parte desconcertó a España. Lejos de ejercer como revulsivos, tantas variantes provocaron cierto caos en la organización y de repente, que el combinado nacional no supiese con quién contaba en el terreno de juego. Destacó Lucía García por encima del resto por actitud, descaro y por darle tiempo a Mari Paz Vilas a fallar un penalti que ella misma había provocado segundos antes. La Selección abusó entonces del pase en largo y de la falta de combinación, se acercó a la portería de Bélgica a trompicones y no pudo pasar del empate ante un equipo que no probó ni una sola vez las manos de Sandra Paños. Fuimos mejores, pero no lo suficiente.