Aunque pasa por ser uno de sus miembros más notables, David John Gilmour, nacido en Cambridge, Reino Unido, el seis de marzo de 1946, no participó en los primeros pasos de Pink Floyd, una de las bandas más icónicas e influyentes de la historia de la música, genios indiscutibles de la Psicodelia y el Rock progresivo, que fue fundada en 1965 por el baterista Nick Mason, el teclista y vocalista Richard Wright, el bajista y vocalista Roger Waters y el guitarrista y vocalista principal Syd Barrett, quien se convertiría en el primer líder del grupo.
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Sin embargo, Barret, que coqueteaba en exceso con las drogas, especialmente con el LSD, provocó la llegada de David Gilmour en 1967, quien en principio sustituiría al atolondrado líder cuando éste sufriera alguno de sus habituales bloqueos mentales. Tras la entrada de Gilmour y la marcha definitiva de Barret, en 1968, quedo configurada la formación clásica de Pink Floyd que todos conocemos de memoria.