Un riguroso penalti por una presunta mano de Rami transformado por Aduriz mantiene vivo al Athletic en la Europa League tras un partido en Marsella en el que se temió por una goleada francesa, pero que terminó con un resultado complicado aunque remontable para los vascos (3-1). Otra cosa fue la pobre imagen dada por los rojiblancos
No pudieron empezar peor las cosas para los de Ziganda en el Velodrome después de recibir un gol a los 45 segundos. Con el equipo absolutamente atolondrado, un contraataque lanzado por Maxime López tras pérdida de Susaeta fue prolongado por Thauvin y finiquitado por Ocampos. Ni se habían sentado en el Velodrome.
Lejos de reaccionar, el Athletic mostró su cara más blanda, su aspecto más frágil y se vio absolutamente dominado por el Olympique. Al cuarto de hora, un error grosero de Etxeita permitió a Payet anotar el segundo.
Olía a goleada en Marsella y durante toda la primera parte se rumió un resultado escandaloso para un Athletic absolutamente bloqueado y con Herrerín en modo salvador. Afortunadamente para el equipo vasco, una mano dudosa de Rami al filo del descanso permitió a Aduriz marcar el penalti y dar aire al equipo en el descanso.
Salieron con otro espíritu los de Ziganda en la segunda parte, pero volvieron a mostrar su mandíbula de cristal; en el primer ataque que tuvo franco el Olympique marcó el tercero gracias a un remate de Ocampos. La última media hora fue un sofoco continuo para el Athletic, que a duras penas pudo aguantar un resultado que, al menos, le permite soñar con la remontada en San Mamés el próximo jueves.