El Real Madrid se juega la temporada y Zinedine Zidane, probablemente, su permanencia en el banquillo al final del curso. Una tensión que se dejó entrever en la rueda de prensa previa al encuentro que jugarán mañana ante el PSG. Zizou, con un rostro más serio de lo habitual, mostró un perfil enigmático, eludiendo responder las preguntas referidas a la disposición táctica de su equipo.
Zidane tiene ante sí un dilema complicado, ¿BBC o 4-4-2 con Isco? Preguntado por ello respondió de forma evasiva: «Me interesa ver a mi equipo, hoy, ayer… Todos están metidos en el partido. Luego, contestarte… Vas a ver cómo vamos a empezar el partido mañana. No es importante cómo vamos a jugar, el dibujo. Lo importante es lo que vamos a hacer, lo que queremos hacer”. Requerido otra vez por su planteamiento, Zidane fue inusualmente categórico: «No te voy a decir nada… Lo que te puedo decir es que no depende del dibujo. La decisión la voy a tomar yo, pero lo importante es lo que van a hacer los jugadores sobre el campo. Cómo vamos a defender y atacar y el dibujo». Fue má allá cuando le preguntaron si planeaba algún marcaje especial a Neymar: «No sé si te tengo que contestar. Me tengo que guardar las cosas para mí, lo siento. Veremos mañana”.
El pésimo momento de juego de Benzema, al que la grada del Bernabéu ya ha condenado con sonoras pitadas, y la defensa a ultranza por parte del entrenador de su compatriota vivirán ante el PSG su capítulo más comprometido. Por eso, preguntado por la mala relación de la grada con Karim, Zidane volvió a mostrarse esquivo: «Nuestra afición lo que queremos es que esté con nosotros. La afición siempre va a estar con nosotros. Lo mismo cuando se pone complicado, pero mañana tenemos otra competición y lo que vamos a hacer es darlo todo”.
Pero lo más relevante de la comparecencia no tuvo que ver con el partido ante el PSG. Se produjo cuando Zidane fue preguntado por su futuro. Hace tiempo que el francés sabe que está cuestionado en las altas esferas del club. Lo sabe y por eso se manifiesta de forma muy desinhibida sobre su estancia en el banquillo blanco, al parece tener mucho menos apego del que mucho entienden que debería demostrar: «No pienso en mi futuro, pienso en el partido y es en eso en lo que me concentro. El resto no lo podemos controlar. Lo que puedo controlar es lo que vamos a hacer en el campo. El resto, lo veremos. Lo que me interesa es que todos los partidos son importantes, mi futuro no me importa. No es una final para mí, es un partido de Champions. Lo que tenemos que hacer es jugar bien al fútbol. Si juegas bien, con el equipo que tenemos podemos tener muchas posibilidades. El resto, no pienso en lo que puede pasar en un futuro”.
Y fue más allá al avalar a Guti como posible sustituyo suyo. Zidane fue elegante al ser preguntado por su ex compañero y actual entrenador del juvenil: «Lo veo capacitado. Él se prepara para un día entrenar. Puede ser, lo dijo él y lo veo bien. No lo veo, como puede pensar un entrenador, con mal ojo. Es un tipo de la casa y un día por qué no. Es su sueño”.
A Zidane se le ha borrado la sonrisa en las últimas semanas. Sigue manteniendo la elegancia y la educación, pero se le ha crispado el gesto en esta defensa numantina de su plantilla y de su particular gestión del vestuario. Los resultados y las formas ejemplares delante y detrás de las cámaras le avalan. Pero Florentino se aburre de ver siempre las mismas caras y Zidane lleva dos años en el banquillo blanco. Joachin Löw y Mauricio Pochettino son los dos nombres que aparecen en la agenda del presidente para sustituirle. Pero hoy Zidane acaba de marcar la agenda poniendo el nombre de Guti sobre la mesa. Zidane es elegante. Pero más inteligente.