El ejercicio de reunir a una serie de personajes en un único y teatral espacio cinematográfico para someterlos a un combate dialéctico cruzado es algo que últimamente hemos visto en el taquillazo de Álex de la Iglesia, el remake Perfectos desconocidos (2017), en la adaptación de Polanski de la obra francesa Un dios salvaje (2011) o en la tensa comida familiar que nos presenta el director rumano Cristi Puiu en Sieranevada (2016), una comedia dramática donde nos demuestra que juntar a toda la familia en un pequeño piso de Bucarest puede desembocar en una pesadilla a la altura —salvando las distancias culinarias— de esa cena infernal de La matanza de Texas (1974).
Título: The Party.
Dirección: Sally Potter.
Reparto: Patricia Clarkson, Kristin Scott Thomas, Timothy Spall, Bruno Ganz, Cherry Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy.
País: Reino Unido.
Duración: 71 min.
Con The Party, la directora y guionista británica Sally Potter (Orlando, Vidas furtivas, La lección de tango) nos cuenta en poco más de una hora, casi en tiempo real y en un elegante blanco y negro la fiesta que organiza Janet (Kristin Scott Thomas) para celebrar que ha sido nombrada ministra del Gobierno británico, y cómo la cita se va enrareciento cuando su ensimismado marido (Timothy Spall) decide soltar dos noticias bomba en medio de la reunión, convirtiendo la fiesta en una suerte de Ángel exterminador donde no faltan las pistolas, las rayas de cocaína ni los diálogos punzantes.
La película desemboca así en una comedia negrísima donde Potter dispara contra todo lo que se mueve: los progres, la intelectualidad, el capitalismo, la homosexualidad, la fidelidad en el matrimonio, la clase política corrupta o el feminismo, encarnados éstos ‘valores’ por los diversos personajes notablemente interpretados de forma coral por un grupo privilegiado de actores, encabezado por una extraordinaria Patricia Clarkson, a la que hemos visto recientemente en la premiada La librería de Isabel Coixet.
Con unas líneas de guion que cruzan la pantalla como balas trazadoras en forma de réplicas y contraréplicas, Sally Potter hace una sátira feroz de la sociedad británica contemporánea donde no deja títere con cabeza, sacando lo peor que lleva dentro cada personaje —véase cada ser humano— en un combate donde los amigos se arrancan la piel a tiras golpeándose donde más les duele a cada uno, en sus secretos más inconfesables. Un ejemplo de cómo la mejor fiesta de amigos siempre puede girar hacia la peor pesadilla.
CERVEZA RECOMENDADA
Bommen & Granaten. Alcohol: 11,9 %. Amargor: 30 IBU.
La mejor arma para enfrentarse a una de estas mal avenidas reuniones de amigos podría ser esta cerveza de estilo Barley Wine elaborada por los holandeses de Brouwerij De Molen, cuyo nombre se traduce literalmente como Bombas y Granadas, haciendo gala de un humor negro digno del guion de esta película.

Aunque su apariencia y su nombre son explosivos, esta cerveza es de una agradable consistencia melosa que la hace una auténtica delicia al paladar para los amantes de las birras de alta graduación. De color ámbar oscuro, al trasluz emite ciertos tonos rubí coronados por una espuma color canela. En la nariz, esta Barley Wine (literalmente vino de cebada) desprende aromas a miel y a uva, de hecho se fermenta con levaduras salvajes Brett y se envejece en barricas que antes han contenido vino tinto de Rioja. En boca, además de la calidez de su graduación, se aprecian sabores afrutados, cítricos y dulces, siendo muy fácil de beber gracias a su baja carbonatación y ausente amargor.