Dicen que a la tercera va la vencida y Regino Hernández lo cumplió con creces logrando un bronce histórico para el boardercross español en unos Juegos Olímpicos de Invierno, en una competición a la que llegaba a la ‘sombra’ del líder español Lucas Eguibar. El rider ceutí afincado en Málaga salió a la luz a lo grande en la cita coreana, y no precisamente por su reluciente casco plateado que vestía, sino por firmar una jornada sensacional desde el principio al final.
Regino no era ningún novato, y a pesar de que a los nervios eran su peor baza, no salieron a relucir en ningún momento en la nieve surcoreana. A sus 26 años disputaba sus terceros Juegos y la experiencia jugaba a su favor. En Vancouver 2010, terminó en el puesto 31º y cuatro años más tarde en Sochi, acabó vigésimo primero.
“Voy a luchar por la medalla”, aseguraba Regino horas antes de partir hacia Pyeongchang. Y así lo confirmó. Desde el primer momento que saltó el circuito de Phoenix Park ya daba buenas sensaciones tras lograr el tercer mejor tiempo en las rondas clasificatorias. En cuartos y semifinales se impuso con claridad y terminó en primera posición tras evitar durante toda la jornada las numerosas caídas que hubo. El ceutí alcanzaba la final olímpica para convertirse en el segundo español en disputar una carrera por las medallas en el boardercross y con el objetivo de mejorar la cuarta plaza de Jordi Font en 2006.
Regino coronó su inmaculada jornada con una gran final en la que salió en tercera posición y en la que en todo momento tuvo opciones de subir al podio. Una caída a mitad de la prueba dejó solos arriba al favoritísimo, el francés Pierre Vaultier, que logró el oro, y el australiano Jarryd Hughes , que fue plata, junto al español, que se quedó a pocos metros del segundo puesto. Y desde el tercer escalón del podio Regino miró al cielo acordándose de Israel Planas, su entrenador fallecido el año pasado después de que se sus pupilos (junto con Eguibar) se proclamasen subcampeones del mundo en Sierra Nevada.
Las buenas sensaciones con las que llegaba a Corea, ya que actualmente marcha en séptima posición en la Copa del Mundo, se han hecho más fuertes tras poner fin a una sequía de 26 años sin que ningún español lograse medalla en unos Juegos de Invierno. Su bronce, el primer metal olímpico del boardercross nacional, se suma al de Blanca Fernández Ochoa en la prueba de eslalon en Albertville y al oro de su hermano Paco en Sapporo 1972 en la misma modalidad.
Regino fue el único de los tres españoles que consiguió superar la primera ronda eliminatoria. Lucas Eguibar, uno de los grandes favoritos protagonizaba la mala noticia de la madrugada. El rider vasco por currículum era el que más opciones tenía de estar entre los mejores. Diploma en Sochi 2014, doble plata en el Mundial de Sierra Nevada 2017, con 40 presencias en la Copa del Mundo y ganador de un histórico Globo de Cristal en 2015. Pero se cayó en los primeros compases de la carrera y dijo adiós a su participación en la cita coreana en octavos, lo mismo le ocurría Laro Herrero, el cántabro terminó en quinta posición, a sólo una de los puestos que daban el pase a la siguiente ronda.
El rider de pelos y larga barba escribe una nueva página en a historia de los deportes de invierno en España que hasta ahora solo conocían los hermanos Paquito y Blanca Fernández Ochoa.
En 1972 fue Paquito Fernández-Ochoa. 20 años después, en 1992, Blanca Fernández-Ochoa.
Hoy, 15 de febrero de 2018, tercera medalla para España en unos Juegos Olímpicos de invierno:
REGINO HERNÁNDEZ?? (@Reginoherma)¡HISTÓRICO! pic.twitter.com/TB1O7dvv1S
— COE (@COE_es) 15 de febrero de 2018