En la búsqueda de las semifinales, José Venancio López puso en la pista el mismo quinteto inicial que el elegido frente a Azerbaiyán, Paco Sedano en portería, Ortiz, Pola, Miguelín y Álex. Con un cruce ya definido (el que jugarán Rusia y Portugal en lo que se espera que sea un verdadero partidazo) España buscaba el billete para colarse entre los cuatro mejores del Europeo ante una Ucrania rocosa, un equipo que jamás renuncia a su estilo sea cual sea el marcador o la coyuntura.
A La Roja le costó tener el balón durante los primeros minutos, pero poco a poco se fue haciendo con el control del partido. Si algo le ha faltado al combinado nacional en los encuentros anteriores ha sido sentirse cómodo, creerse superior, deshacerse de la camisa de fuerza que parecía frenarle las piernas y le obligaba a cometer errores infantiles. Ucrania sufría cuando España innovaba e introducía alguna novedad en la rotación, sin embargo, hubo poca profundidad y falta de ideas ofensivas.
Por momentos, España acusa la pájara, entra en bucle, y la rapidez, imprescindible para hacerle daño a Ucrania o a cualquiera en este deporte, brilla por su ausencia. Sin funcionar demasiado como equipo, las individualidades son un plus. Volvió a tocarle a Pola (sobresaliente) salvar la papeleta del primer tiempo con un disparo espectacular con el interior que arañó la escuadra de la portería ucraniana (1-0) y espabiló a España en los últimos instantes de la primera parte.
⚽ ¡DESCANSO EN LIUBLIANA! Triunfo momentáneo y merecido de la @SeFutbol sala que ahora mismo clasificaría a España para semifinales de la Eurocopa. #UKRESP ??-?? | 20´ | 0-1 #FutsalEURO #APorLaOctava pic.twitter.com/VsXLnRca29
— Selección Española de Fútbol (@SeFutbol) 6 de febrero de 2018
Ucrania comenzó la segunda parte subiendo la línea de presión, con lo cual España necesitó juntar posiciones para salir con el balón jugado y hacerle daño al rival al contragolpe. Los ucranianos propusieron entre poco y nada con la pelota en los pies, aunque la falta de contundencia de España les animó a, por lo menos, intentar empatar el partido y forzar la prórroga. Al equipo español le hacía falta apostar más por el juego de primeras y cuando decidió hacerlo, el balón corrió y generó los espacios necesarios para tener ocasiones mucho más claras. El segundo se resistió y Ucrania se jugó la vida de cinco a falta de tres minutos para la conclusión. La Roja sufrió más de la cuenta, gracias también a la actuación de un inconmensurable Ivanyak, pero se cuela en semifinales donde esperemos que se crezca por las circunstancias, por el poco desgaste y por el bien del espectáculo. Hará falta ante una peligrosa selección kazaja.