Cuando nació el Paris Saint-Germain, el Real Madrid ya había ganado seis Copas de Europa. Sirve esto para ilustrar el vacío histórico que tiene un club que no llega a los 50 años de vida y que desde su creación anhela ser tan grande como su ciudad. Un sueño, hasta hoy, inalcanzable.
La necesidad de que una capital como París tuviera fútbol de alto nivel impulsó la creación del PSG. Fue un nacimiento forzado, poco natural. El PSG es un hijo del interés, que ha crecido a golpe de inversiones millonarias y ha vivido varias vidas en una.
Fundado el 12 de agosto de 1970, resultado de la fusión entre el París FC y el Stade Saintgermanois, se instaló en la Ligue 1 en 1974 de la mano del modista Daniel Hechter, señalado como el inventor del prêt-à-porter, y no se ha bajado de ahí desde entonces. Y siempre en el Parque de los Príncipes, adonde se trasladó tras ascender.
El PSG se introdujo en la sociedad parisina gracias a Hechter, que además de diseñar la camiseta del equipo, diseñó un sistema fraudulento de venta de entradas. Antes de su primer título, el PSG protagonizó su primer escándalo, que se llevó por delante a Hechter, quien abandonó la presidencia en 1978.

Los primeros títulos llegaron con Francis Borelli al mando del club y con jugadores como Bats, Luis Fernández, Rocheteau o Safet Susic, un mito para la afición, que antes disfrutó con el argelino Mustapha Dahleb, la primera gran estrella en la historia del PSG, y con el goleador argentino Carlos Bianchi. Dos Copas de Francia (1982 y 1983) y una Liga (1986), un buen botín para un equipo que apenas había llegado a la adolescencia, sirvieron para que el PSG se asentara como el principal club de París y limpiara la competencia que tenía en la ciudad. El París FC y el Matra Racing París, el millonario proyecto de Jean-Luc Lagardére, habían perdido la batalla con el PSG, convertido desde entonces en la única referencia futbolística de la capital francesa. Pero una referencia al borde de la ruina. Los 50 millones de euros de deuda ahogaban de tal forma al club que comprometían su viabilidad.
La salvación llegó con Canal+
, que entró en el accionariado y gracias a la venta de los derechos de televisión convirtió al PSG en uno de los clubes más ricos de Francia. Michel Denisot modernizó la entidad y el PSG vivió en los 90 la década más intensa de su historia. Pasó a ser un protagonista principal de las competiciones europeas y entre 1993 y 1997 acumuló cinco semifinales consecutivas en los tres torneos continentales. Vivió el que quizá es el momento más brillante de su historia, al ganar la Recopa de 1996, el primer título europeo de su historia. En casa acumuló ocho títulos en esa década. Definitivamente, el PSG se había instalado en la élite del fútbol francés.Pero, de nuevo, el PSG estuvo cerca de morir de éxito y otro terremoto financiero amenazó la supervivencia del club. Los casi 100 millones de deuda acumulados al poco de estrenarse el siglo XXI situaron a la entidad al borde del precipicio. Canal+, que ya era propietario único, vendió sus acciones en 2006 a un grupo de inversores estadounidenses liderado por Colony Capital.

El cambio de propietario enderezó el rumbo financiero del club, que deportivamente seguía sin tener el nivel necesario para competir con los grandes de Europa. Hasta que en 2011 Qatar Sports Investments se hizo con la propiedad del club y bajo la presidencia de Nasser Al-Khelaifi puso en marcha un ambicioso proyecto con un único objetivo: ganar la Liga de Campeones. En esa búsqueda obsesiva por convertirse en el mejor equipo de Europa llevan gastados 1.115 millones de euros en fichajes, una inversión que les ha servido para dominar el fútbol francés, pero que en la Champions no les ha permitido viajar más allá de los cuartos de final.