No hubo mucho sainete esta temporada con el eterno tema de la final de la Copa del Rey. La final se disputará en el estadio Wanda Metropolitano el 21 de abril, lo que provoca que hasta tres partidos de Liga (Atlético de Madrid-Betis, Sevilla-Real Madrid y Barcelona-Villarreal) tengan que ser aplazados al mes de mayo, cuando apenas queden dos jornadas para el término del campeonato. Cabe la posibilidad de que el partido entre rojiblancos y verdiblancos sí se dispute al día siguiente de la final, el 22 de abril, aunque depende de cuestiones logísticas.
La Federación española de Fútbol aprobó que, dado que este verano está el Mundial de Rusia, la final se disputaría en el mes de abril, como ya se ha hecho otras veces, aunque con una salvedad para rizar más el rizo: no se jugaría un miércoles, como venía siendo habitual, sino que se jugaría un sábado y los partidos de Liga en los que estuvieran implicados los finalistas se aplazarían.
Al final del camino, serán tres los partidos postergados y seis equipos metidos en el lío. Barcelona y Sevilla como finalistas, Atlético de Madrid que cede su estadio, Betis, rival de los rojiblancos, y el Villarreal y el Real Madrid que se tienen que enfrentar a azulgrana e hispalenses respectivamente.
Dado que cinco de los seis equipos implicados están metidos en Champions y en Europa League y dado que es posible que algunos de ellos, o todos, avancen rondas hasta las respectivas finales, el calendario está copado por estas competiciones, por las jornadas intersemanales de Liga y por los compromisos de la Selección española frente a Alemania (23 de marzo) y a Argentina (26 de marzo).
Así, el Atlético de Madrid-Betis, el Sevilla-Real Madrid y el Barcelona-Villarreal se tienen que jugar en la semana del 7 al 13 de mayo (la única libre) cuando sólo resten dos jornadas para terminar el campeonato y quizá con títulos y clasificaciones europeas en el aire.
Además, si Atlético o Villareal, o ambos, llegaran a la final de la Europa League apenas tendrían descanso y acudirían a la cita europea con tres encuentros jugados en sólo ocho días (jornada 35-jornada aplazada por la final de Copa-jornada 36-final Europa League). Esta situación es la que estaría valorando el Atlético para jugar su partido frente al Betis el 22 de abril para aligerar el calendario y para presionar más al Barcelona en la lucha por el título de Liga.