Garbiñe llegaba a Doha con pocos partidos en su haber y con la necesidad de coger ritmo. Visto su nivel hasta la final, hay motivos para creer en una pronta recuperación, sin embargo, Muguruza no ha podido resarcirse del todo de su mal comienzo de año, debido, principalmente, a los problemas físicos. Dos retiradas en Brisbane y Sidney, y la dura derrota ante Hsieh Su-wei en la segunda ronda del Open de Australia, habían minado la confianza de la jugadora hispanovenezolana que llegaba a esta final tras superar a Duan, Cirstea y Caroline García. En semifinales debió medirse ante Halep, pero la rumana se retiró por una tendinitis en el pie.
En el primer set, Garbiñe fue un verdadero ciclón y consiguió cerrar el primer set con su servicio tras un contundente 6-3. Los errores no forzados condenaron a Kvitova y el acierto de Muguruza en las bolas de break le dieron la primera manga.
.@GarbiMuguruza takes the opening set, 6-3!
She’s one set from the @QatarTennis title! pic.twitter.com/z4jmBUHeO5
— WTA (@WTA) 18 de febrero de 2018
Sin embargo, Garbiñe comenzó mucho menos concentrada el segundo set y Kvitova aprovechó el momento para ponerse por delante en el segundo set muy pronto. La reacción de la jugadora hispanovenezolanda llegó tarde y el segundo set se le escapaba de las manos rápidamente. En ese momento, Conchita Martínez bajó a la pista para ayudar a su pupila: «Has estado cerca. Vamos a seguir así. Llega pronto a las pelotas para conseguir buenos apoyos. Aguanta los tres primeros envites y enséñale tu agresividad. Busca mayor variación y aceleración con el saque».
We’re going the distance!@Petra_Kvitova takes the second set, 6-3, and a final set will determine the @QatarTennis champion! pic.twitter.com/iMzCmkFz8N
— WTA (@WTA) 18 de febrero de 2018
Fue entonces cuando los fantasmas reaparecieron en el camino de Garbiñe. Un dolor en la rodilla hizo que s0licitase la asistencia de la médica en pista, cuando el partido se encontraba 6-3, 3-6 y 2-3. A partir de ahí, y con aparentes muestras de dolor y desconcierto, Muguruza se desconcertó por sus propios errores no forzados y por la suerte, que caía en todos los golpes del lado de Kvitova. A partir del bajón mental, Garbiñe entregó el partido a la checa no pudiendo inaugurar así su palmarés este año.