La noche de Tom Brady terminó siendo la de Nick Foles. De quarterback a quarterback. Un fumble (balón perdido) del primero a falta de dos minutos, el único en todo el duelo, acabó dando a los Phialdelphia Eagles el primer trofeo Vince Lombardi de su historia. Un partidazo del segundo impulsó a su equipo al merecido triunfo (41-33) en un encuentro que resultó un bello homenaje al football.
No se le notó ni por asomo a Nick Foles, el quarterback suplente que en diciembre se vio al frente del mejor equipo de la temporada regular, que era sólo su tercer partido de playoffs ni, por supuesto, su primera Super Bowl. El texano, justísimo MVP del partido, se vistió de Brady para firmar una actuación estelar con unos números de ensueño.
Un total de 373 yardas con 28 pases completados de 43 intentados, tres de ellos para touchdown, ni un sack y sólo una intercepción de la que no fue responsable. Incluso se permitió anotar él mismo un touchdown en una jugada que hubiera ideado el mismísimo Bill Belichick. De hecho lo hizo, pero Tom Brady falló en la recepción. Un síntoma de la noche.
El desparpajo de Foles, su capacidad para interpretar perfectamente el tipo de juego en cada momento, fue aprovechado por la línea de ataque philly. Hasta cuatro jugadores anotaron un touchdown: Blount (100 yardas de carrera), Clement (100 yardas de pase), Jeffery (73) y Ertz (67), que fue el que puso el último clavo en el ataúd de los Patriots.
The Philadelphia #Eagles are Super Bowl Champions.#FlyEaglesFly pic.twitter.com/KyzzEiEgHz
— Philadelphia Eagles (@Eagles) 5 de febrero de 2018
Tardará mucho en olvidar Brady ese balón perdido a falta de dos minutos. Los highlights no pararán de repetir en el futuro esa mancha que tapa un extraordinario partido, otro, del quarterback californiano de 40 años que finalizó su octava Super Bowl con 505 yardas, una barbaridad. Como lo fue la cifra total de yardas combinadas entre los dos equipos, 1151. Como lo fue el resultado final, 41-33, la segunda mayor puntuación combinada desde el 49-26 de los San Francisco 49ers. de Steve Young a San Diego en 1995.
Un estupenda Super Bowl, en definitiva, que corona a los Philadelphia Eagles por primera vez en su historia (antes perdieron las finales de 1981 y de 2005 frente a Oakland y New England) y deja a los Patriots sin el récord de triunfos, que siguen manteniendo los Steelers con seis. Una maravillosa Super Bowl para Nick Foles, protagonista quizá de un efímero sueño americano. Es más que posible que en septiembre, cuando comience la nueva temporada, Carson Wentz vuelva a ser el titular en el roster eagle. Pero nadie le quitará nunca la certeza de que un día fue un héroe y condujo a los suyos al triunfo más importante de su historia.