Tuvimos que verlo por un link chipriota, pero sigue sin importar, la cuestión es que lo vimos de cualquier forma. Vimos a España debutar ante Austria en la Cyprus Cup con el recuerdo todavía fresco de las buenas sensaciones que nos dejó el partido frente a Holanda del pasado mes de enero. ¿Pudo ser un espejismo?Cierto es que Austria no exigió apenas, pero la inercia es positiva. El partido comenzó siendo un correcalles en el medio hasta que Virginia Torrecilla decidió poner orden. Y poco tardó en darse cuenta España, de que la mejor decisión era empezar a construir a partir de los pies de la mallorquina. Cuando Virginia mandaba, las aguas se calmaban, el juego fluía y las laterales tenían mucho más recorrido porque la pelota circulaba que daba gusto.
Las austríacas, amuralladas, se ciñeron a su papel y corretearon más tiempo detrás del balón para perseguirlo, que para guiarlo hacia el campo de España. Y eso siempre es una mala señal. Sin demasiada puntería, pero con el dominio por bandera, Marta Corredera le puso un pase medido a Olga García, para que la catalana se luciese con un tanto de rematadora nata y quitarnos la camisa de fuerza.
Min. 35 ? 0-1 ? #CyprusCup
⚽ GOOOOL de @Olga_Garcia11 !! pic.twitter.com/w5ptX0eJp9— LPNSM en Femenino (@LPNSM_Femenino) 28 de febrero de 2018
España ganó el partido por la desidia de un equipo austríaco que le regaló a Lola Gallardo una jornada de descanso. La Selección se aburrió de tener el balón y rondó la portería de la meta austríaca hasta que Mari Paz Vilas, cuyo olfato goleador es inagotable, anotó el segundo gol para España. Desde ese instante hasta el pitido final, apenas ocurrieron cosas dentro del terreno de juego. Entre los cambios de Jorge Vilda y la indiferencia de Austria, España terminó el partido con buen sabor de boca y con tres puntos que ya pesan en su bolsillo.