Un drama de final, con 90-92 y dos tiros libres fallados por Oriola a diez segundos fue el The End de la gran final. Los fallos de Oriola generaron tres opciones agónicas para el Real Madrid, no concretadas por Causeur, Taylor y Rudy, entre un océano azulgrana de brazos extendidos… y el Barça de Pesic, a 91 puntos de media en esta Copa del Rey, arrebató al Real un título que siempre había sido blanco a partir de 2013.
Esta es, pues, la historia de la primera Copa del Rey de baloncesto para el Barça-Lassa, desde 2013… y después de cuatro títulos para el Real Madrid. Y este título también forma parte de otra gran historia, la de Svetislav Coach Pesic, que regresaba a la finalísima copera por primera vez desde 2003… cuando también firmó título con el Barça, en Vitoria.
16 años después de esa conquista ante el Baskonia, Svetislav Pesic vuelve a ganar con el Barça. Pesic, el compañero de Mirza Delibasic en el mejor Bosna de Sarajevo, el coach campeón del mundo con Yugoslavia Sub 19 (Kukoc, Radja, Divac…) en 1987, en Bormio, ante los EE UU de Gary Payton y Larry Johnson… y el Coach campeón del mundo absoluto en 2002, en Indianápolis, con esa Yugoslavia (Bodiroga, Divac…) a la que siempre amó y quiso unir sobre todas las cosas, sobre todas las heridas y los prisioneros de guerra que llegaron a ser aquellos chavales de Bormio…
En el vestuario barcelonista del Gran Canaria Arena, antes de salir a jugar, Pesic, de Novi Sad y hoy ciudadano alemán, pedía a sus hombres lo que siempre pidió, en Sarajevo, en Bormio y en Indianápolis: «Responsabilidad, responsabilidad individual, defensa y sobre todo… rebotes: el rebote es la clave para ganar este partido». «El baloncesto es un deporte de equipo y, por tanto, hay que ser un equipo y no un grupo de individualidades. No soy un mal entrenador, pero no lo sé todo». Esos son otros mantras de Pesic. Así y aquí, de alguna manera, en esta final canaria y frente a este Madrid de Pablo Laso y Luka Doncic… volvía a presentarse un duelo casi como aquellos de 1988-89 del Madrid de Drazen Petrovic contra el Barça de Alejandro García Reneses: el e-qui-po, con tres sílabas.
En el descanso, el Barça mandaba por 34-40, tras levantarse desde un 21-13 madridista (Min.10)… a través de un 0-7, en ausencia de Doncic. Con Llull fuera, Heurtel y Ribas dictaban el gobierno del perímetro. Por dentro, Tomic se alzaba sobre Tavares y ese 34-40 del descanso se hacía más gráfico en el 12-2 de Tomic a Tavares… y en el 21-13 a favor del Barça en rebotes. A 20 segundos del intermedio, el segundo triple de Oriola sellaba el 34-40, tras dudoso balón concedido a un Barça que, sin duda, controlaba los rebotes e incluso el passing game exterior (Heurtel, Ribas)… si Doncic estaba sentado.
Pocos podían creer que el minuto 25 se atravesara con 40-58 para el Barça (0-11 desde el 35-40), casi siempre entre diabluras de Ribas (21 puntos) y Heurtel (ocho tantos, siete asistencias, MVP de la final)… mientras Pesic elegía como Opción B una zona match up que ajustaba muy rápido desde arriba. Parcial del cuarto: 18-27, en azulgrana.
El Real Madrid protesta esta última jugada en la que los colegiados no han visto falta. #CopaACB pic.twitter.com/eEDr0LgSlk
— Basket en Movistar+ (@MovistarBasket) 18 de febrero de 2018
Pero el Madrid de Laso siempre regresa. Aunque en el minuto 28, el Barça dominaba en 19 puntos el porcentaje de aciertos en tiros de campo (32%-51%), el Real impuso su 2-2-1 presionante y escaló a golpe de triples: ocho en el último cuarto (parcial de 38-25, Madrid), con los dos últimos de Thompkins en el último minuto, que llevaron el partido al 90-92. El Barça siempre había respondido, de la mano de Claver, Hanga (12 puntos, como Sanders) y Tomic (17) a esas triples oleadas que venían de las manos de Carroll (18 puntos), Rudy, Campazzo y Doncic: estos tres, con 14 puntos.
El minuto 38 se pasó con 76-83 y el Madrid… de caza. El Barça ya se sentía la presa. Era 80-85 a 1:47… y ahí llegó Thompkins. Después, tras clave rebote ofensivo de Sanders (24-39 final para el Barça en capturas) a fallos de Claver desde la línea, aún tenía que errar Oriola. Pero ganó el Barça de Pesic, que al fin dijo: «No hemos terminando jugando el partido como yo hubiese querido». Casi como hubiera dicho un tal Johnny Wooden. Chapeau, Coach.
Gran artículo Alejandro