Que no os engañe su tierna sonrisa, porque detrás de su vestimenta de rider, se encierra una competidora nata y el futuro del snowboarding femenino estadounidense. Nacida en California, lejos de la nieve en la que ahora reina y de sus compañeros de la secundaria, Chloe Kim ya es un fenómeno del slopestyle y del halfpipe, prueba en la que acaba de conseguir el oro olímpico. Con apenas 15 años, Kim se convirtió en la primera mujer snowboarder en la historia en conseguir una puntuación perfecta tras dos 1080 consecutivos en el Snowboarding Grand Prix en febrero de 2016. Un logro que solo había alcanzado el legendario Shaun White.
En 1982, el padre de Kim, Jong Jin, ex ingeniero, emigró desde Corea del Sur a los Estados Unidos en busca del sueño americano. Junto a su esposa, Boran Yun Kim, invirtieron todo lo que tenían para que su pequeña empezara a deslizarse por las laderas de las montañas con una tabla de 25 dólares. A los seis años estaba compitiendo ya a nivel juvenil. A los 10, Jong Jin ya había renunciado a su trabajo para facilitar el desarrollo deportivo de su estrella naciente a tiempo completo.
En las carreras clasificatorias de halfpipe del lunes en Pyeongchang, Kim sacó con la gorra, nada más y nada menos, que una puntuación de 91.50, casi cuatro puntos por encima de cualquiera de sus rivales. En la final, se metió el oro en el bolsillo con su primer descenso, pero, no contenta con eso, quiso cautivar a la multitud con un segundo intento que dejó el listón en 98.25. En Estados Unidos ya se ha abierto la veda para el hype y Kim parece no ser consciente del peso que empieza a recaer sobre sus hombros. «Es muy especial, estoy muy contenta de estar aquí», le dijo Kim a CNN. También tuvo tiempo para guiñarle un ojo a sus orígenes: «Siento que tengo la oportunidad única de representar tanto a Corea como a los Estados Unidos».

Fuera del foco de atención que ha acaparado gracias a su victoria en Pyeongchang, Kim todavía es una adolescente, aunque admite que sus logros en el deporte han supuesto para ella tener que crecer demasiado rápido. Todavía viaja con sus padres, aunque «probablemente» comenzará a viajar sola después de hacerse un poco más mayor en estos Juegos Olímpicos.
I hate crying but I'll give myself a pass for this one. Thank you everyone for the love! Stoked to bring home the gold pic.twitter.com/vxApf1lxbI
— Chloe Kim (@chloekimsnow) 13 de febrero de 2018
El talento prodigioso de Chloe Kim no se pudo disfrutar en Sochi debido a las restricciones por edad, pero, por aquél entonces, sus entrenadores ya la consideraban como una de las tres mejores competidoras de la categoría halfpipe en todo el mundo. «Estaba un poco desanimada, pero ahora que lo recuerdo, creo que estoy feliz de no haber tenido la edad suficiente para competir», reflexiona Kim en una entrevista concedida a la CNN. «Era demasiado estrés para un niña de 13 años, así que estoy realmente feliz de no haber podido ir. Igualmente, tuve la suerte de poder seguir todo el proceso de calificación. Esa experiencia me ayudó para poder hacer frente este año a todo lo que venía, sabiendo de antemano cómo iba a ser o qué presión iba a tener. Creo que fue muy reconfortante para mí». Por lo que parece, Kim vuela por los aires como nadie, pero a su vez, mantiene los pies en el suelo. Una mezcla que llama la atención en una campeona que, a falta todavía de birrete, ya tiene un oro olímpico sobre su cabeza.