Breogán y Manresa se han enfrentado en la Copa Princesa de Asturias de baloncesto, un partido emocionante con aroma de ACB. Un duelo que medía a dos históricos con un gran pasado y muchas expectativas en el futuro inmediato. Un encuentro que llenó las gradas del Pazo dos Deportes y las tiñó de celeste en lo que, evidentemente, era una cita grande para la ciudad lucense.
El primer cuarto estuvo dominado en todo momento por el Breogán ante un Manresa que abusó del lanzamiento de tres. Solo uno de sus primeros cuatro intentos acabó dentro. Su autor, Nacho Martín, que anotó 8 de los 10 primeros puntos de los catalanes. En el bando local Stainbrook era el jugador alrededor del que giraba todo el juego, haciendo valer su dominio en la pintura, para generar una ventaja que luego rentabilizaron sus hombres de fuera. Especialmente Ricardo Uriz, que al final del primer cuarto había sumado 7 puntos.
El Breogán se marchó a ese primer parón con cuatro puntos de ventaja (23-19), pero la salida de los gallegos, con un parcial de 11-0, fue la que rompió el partido. El Manresa se encomendaba a los 1×1 de Nacho Martín, muy bien defendidos por las ayudas de la defensa breoganista, mientras que los lucenses trabajaban bien los 2×2 y la salida de los bloqueos. A Manresa le costaba desplegar su contragolpe, pese a que dominaba la pintura (8 rebotes ofensivos). A sumaban una imprecisión en ataque estático, que se traducía en pérdidas.
Con Cristián Díaz al mando siguió creciendo el parcial (18-2) hasta llevar el partido a los 20 puntos de renta. La defensa local era más agresiva y su ataque mucho más fluido. Manresa seguía atascado y Breogán mantenía su pulso anotador a golpe de triple mientras en los visitantes asumía el protagonismo Gintvainis, autor seis puntos seguidos. La sangría ofensiva de los lucenses, ante un cuadro catalán incapaz de frenar su ritmo de anotación, terminó dejando a los de Lugo por encima de los 50 puntos al descanso (55-35). Un resultado que delataban las 10 pérdidas de los manresanos y el 55% de efectividad en triples de los locales.
Regresó del vestuario más inspirado Manresa, que anotaba con fluidez, mientras que Breogán echaba mano de la inteligencia de Stainbrook, un americano con pinta afable y poco exuberante, tipo Trumbo, y de la dirección clarividente de Uriz. Trías (0 puntos en la primera mitad y 14 en este cuarto) tiraba de galones en este inicio de segunda parte para colocarle al Breogán un parcial de 3-11. No peligraba el partido (64-46), pero los síntomas inquietaban a los más de 5.000 asistente al Pazo dos Deportes de Lugo. La ansiedad hacía llegar tarde a los bloqueos a los locales y a tomar malas decisiones en ataque resintiéndose en el marcador (68-59). Breogán había roto su buena dinámica defensiva encajando 24 puntos en siete minutos. Terminaba el tercer cuarto con el partido vivo (73-64), los locales con dos bases en la cancha y el público caliente con alguna decisión arbitral.
En Lugo han acuñado el término ‘breoganada’ para describir el gatillazo que suele dar el equipo cuando mejor pintan las cosas. Y el fantasma de la breoganada sobrevolaba el Pazo en el inicio del último cuarto. Un triple de Muñoz puso el 77-73 en el marcador. A los tiradores se les encogió la muñeca, al tiempo que el aro lucense parecía una piscina para los de Manresa. 77-76… Suspense… Breoganada… Sin lanzamiento y con Hamilton y Sakho dominando la pintura, el panorama era inquietante. El Manresa se pudo poner por delante, por primera vez en el marcador, a falta de cuatro minutos. En una jugada en la que la peor noticia era la quinta personal de Stainbrook. Fue Trías quien adelantó a los visitantes 81-83, pero reaccionó rápido el equipo lucense con dos canastas, una de Uriz tras recuperación. 85-83 a falta de 01:56.
Manresa falló un par de lanzamientos francos y Breogán aprovechó sus posesiones con más corazón que cabeza y la valentía de un héroe inesperado, Guillermo Rubio. Un triple de Costa al borde la posesión, desde 9 metros y a tablero, dejó el partido vivo. Uriz tuvo dos tiros libres, anotando uno que dejaban el 88-86 en el marcador con 17 segundos por jugarse. ¿Qué hacer? ¿Personal y jugarse la última posesión o defenderla sin falta hasta el final? Los locales eligieron defender. Costa y Trías propusieron un 2×2 en el que el base dejó solo a un tercer protagonista, Muñoz, quien se equivocó al girarse sobre sí mismo y falló un tiro sencillo. Dos tiros libres coronaban al Breogán en un partido con aroma de ACB. La Copa Princesa tenía ganador, el que más méritos hizo, aunque también el que más se complicó el partido. Rozando la breoganada…