Real Madrid y Barcelona se verán las caras en la final de la Copa. Una final sorprendente, pese al potencial de ambos equipos, porque los azulgrana llegaban con la incertidumbre de un cambio reciente en el banquillo, donde Pesic ha relevado a Sito Alonso. Un cambio que ha operado como revulsivo, a juzgar por el cambio de actitud de los jugadores.
REAL MADRID-IBEROSTAR TENERIFE (59-77)
El Real Madrid se veía las caras en la primera semifinal con la sorpresa de la Copa, un Iberostar Tenerife que venía de ganar a todo un campeón de ACB como Valencia Basket. El encuentro presentaba un choque total de estilos: el brillante ataque madridista frente a la férrea defensa de los tinerfeños. El inicio de partido presentó el escenario ideal a favor de los de Katsikaris, un partido de ritmo anotador bajo y con los madrileños fallando triples de todos los colores. La alegría duró hasta mediados del segundo cuarto; desde ese momento Tenerife sucumbió ante la ofensiva blanca y se le acabaron las ideas en ataque. La diferencia la marcó el talento de los de la capital, así como la capacidad de Doncic, Carroll y Rudy (44 puntos entre los tres) de crearse sus propios lanzamientos; mientras, Tenerife únicamente anotó 21 puntos tras el descanso.
Pablo Laso rectificó el quinteto que empezó ante Unicaja, colocó a Tavares de titular y a Doncic en el banquillo; aunque no hizo ningún efecto, ya que el comienzo de los blancos fue terrible y Tavares se vio completamente superado por Tobey. El equipo tinerfeño dominó completamente el primer cuarto, aprovechando los despistes de su rival en defensa y un pésimo 1-11 en triples (muchos de ellos abiertos). Causeur fue el único madridista con algo de acierto, pero no evitó que su equipo acabara el cuarto ocho puntos abajo (19-11).
Los pupilos de Katsikaris trataron de mantener la renta obtenida con un gran Fran Vázquez, que hizo mucho daño a los blancos con su tiro de media distancia y sus continuaciones a canasta, para irse hasta los 10 puntos en el cuarto. El Real Madrid se valió de unos buenos minutos de Rudy en los dos lados de la cancha y 7 puntos consecutivos de Carroll para reducir a cenizas la desventaja y colocarse por delante en el marcador. Solo una canasta sobre la bocina de Beirán evitó que los de Laso se fueran con ventaja al descanso.
El tercer cuarto estuvo marcado por una falsa igualdad, el pívot Fran Vázquez mantuvo a su equipo cerca, pero gracias a la pujanza defensiva de Rudy y los primeros seis puntos de Thompkins; que hasta ese momento estaba teniendo un partido nefasto. Poco a poco los blancos fueron distanciándose hasta obtener una renta favorable de 7 puntos al final del cuarto (49-56).
Las continuas perdidas del equipo canario en los primeros compases del último periodo fueron eliminando lentamente sus escasas opciones. Los de Laso olieron la sangre, y después de un 2+1 de Luka Doncic y un triple de Rudy, la diferencia se había ido hasta los 15 puntos. Tenerife trató de reaccionar con un parcial de 6-0 que les colocó a 9 puntos, pero Wonder Boy decidió acabar el partido con una genial asistencia a Thompkins y un triple bailando a su defensa. El base esloveno cerró de esta manera su espectacular actuación: 17 puntos, 5 asistencias, 7 rebotes y 4 robos de balón.
Con el resultado final de 59-77 los blancos se plantan en su quinta final de Copa consecutiva, y acumulan ya catorce victorias consecutivas en esta competición, por lo que aspiran a su quinto trofeo copero seguido. En la final espera el Barça. Y para este partido Pablo Laso podría contar con Gustavo Ayón, que se sentó en el banquillo ante Iberostar Tenerife.