Concentración, defensa, contragolpe y un extraordinario Gonzalo Pérez de Vargas. Sobre esos cuatro pilares edificó España su victoria contra Macedonia, en el primer partido de la segunda fase del Campeonato de Europa de balonmano. Este triunfo mantiene a los Hispanos, que mostraron su mejor versión del torneo, con todas sus opciones de luchar por el pase a semifinales.

Un parcial de 1-6 en los primeros diez minutos aclaró el panorama para España, que corrió como no lo pudo hacer contra Dinamarca. El aumento de la intensidad defensiva ahogó el ataque macedonio, incapaz de descifrar el 6-0 planteado por Jordi Ribera. Y detrás, un inspiradísimo Pérez de Vargas, que volvió a demostrar que está entre los mejores porteros del mundo. Su partido rozó la perfección, una lección magistral de cómo actuar bajo la portería.

El vallisoletano Raúl González, seleccionador de Macedonia, padeció desde el banquillo el atropello que sufrieron sus jugadores en los últimos diez minutos de la primera parte. Un gol anotaron en ese tiempo los macedonios, que se fueron al descanso con una desventaja de 6-15 en el marcador. Una distancia que reflejó el abismo que hubo entre las dos selecciones.

Salió más centrada Macedonia de los vestuarios, con algo más de luz en sus maniobras ofensivas, pero España no bajó el ritmo. No se relajó en defensa, donde siguió ofreciendo un nivel superlativo Pérez de Vargas, y en ataque supo mantener el intercambio de golpes. A cada gol de Macedonia respondieron los Hispanos con otro. Así se consumieron los primeros diez minutos, con un parcial de 4-5 favorable a España, que le llevó a doblar a los macedonios en el marcador, 10-20.

Se acordó otra vez España de correr, elevó, si eso era posible, su exhibición Pérez de Vargas, no se bajó la intensidad defensiva y se luchó por cada balón como si la victoria estuviera en juego en cada pelota dividida. Y cuando apareció alguna duda en ataque surgieron los lanzamientos exteriores, que hasta eso también funcionó esta vez.

Solucionado hacía tiempo el partido, lo que restaba por ventilarse era saber hasta dónde serían capaces los Hispanos de alargar la distancia en el marcador. Fueron 11 goles, 20-31, aunque la distancia entre los dos equipos quizá fue todavía mayor.

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