Durante algunos años tuve un médico de cabecera que, cuando me recibía en su consulta, siempre me llamaba la atención porque en el salvapantallas de su ordenador tenía puesta una imagen de George Clooney con su bata azul de médico de la serie Urgencias. ¿Sería fan de la mítica ficción creada por Michael Crichton o lo que le gustaba era lo sexy que le quedaba al actor el fonendo colgado del cuello?
Título: Los Archivos del Pentágono.
Dirección: Steven Spielberg.
Reparto: Tom Hanks, Meryl Streep, Sarah Paulson, Jesse Plemons, Bob Odenkirk, Matthew Rhys, Michael Stuhlbarg.
País: Estados Unidos.
Duración: 112 min.
Realmente desconozco la opinión del gremio de los doctores en Medicina sobre las series de médicos o lo que piensan los policías sobre la multitud de pelis en las que los protagonistas usan placa y pistola, pero a mí, como periodista, nunca me han gustado demasiado las películas o series de periodistas o que están ambientadas en redacciones de periódicos, con escasas excepciones como Primera plana (Billy Wilder, 1974) o Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976). Tampoco bebe uno los vientos por los reiterados mohines de Tom Hanks, las intachables interpretaciones de Meryl Streep o los trucos sensibleros de cierto cine de Spielberg, lo cual tampoco me convierte en el candidato ideal para admirar esta cinta. Eso sí, lo que no puedo poner en duda es el don de la oportunidad de una película que habla sobre la libertad de expresión en los Estados Unidos.
Aquí lo que nos cuentan es el desafío de la Prensa americana ante la ley mordaza que el presidente Richard Nixon (alias Dick el Tramposo) quiso aplicar para tapar sus vergüenzas en la Guerra de Vietnam. Así, en 1971 dos periódicos, The Washington Post y The New York Times difundieron numerosos documentos del Pentágono que destapaban décadas de secretos inconfesables y terribles mentiras —que no posverdades— sobre la Guerra de Vietnam, por ejemplo el hecho de que los dirigentes estadounidenses supieran de antemano que era una contienda perdida.
Y para contar esta historia —que es Historia de los Estados Unidos—, quizás el mejor director sea Steven Spielberg, que ya confesó en una ocasión que de no haber sido cineasta, hubiese sido periodista. El realizador, que rodó Los archivos del Pentágono en plena posproducción de la cinta de ciencia-ficción Ready Player One, pone por primera vez como ‘prota’ de una película suya a una mujer, Katherine Grahan (Meryl Streep), presidenta del Post desde 1969 a 1979 y responsable junto al director del periódico Ben Bradlee (Tom Hanks) tanto de sacar a la luz los expedientes del Pentágono como de publicar aquella mítica investigación periodística de Bob Woodward y Carl Bernstein que llevó a destapar el caso Watergate.
Spielberg muestra en esta cinta el mismo clasicismo que exhibió en su última colaboración con Hanks, El puente de los espías, o en el retrato de unos de los presidentes más emblemáticos de su país con ese Lincoln que resucitó Daniel Day-Lewis. El director mete su cámara en esas redacciones de periódicos donde se fumaba y se bebía alcohol, donde los periodistas trabajaban en corbata y mangas de camisa colgados a sus teléfonos analógicos de dial y donde todos esperaban el glorioso momento en el que el director, desde su despacho, dijera las palabras mágicas de “¡Adelante, publiquémoslo!” Estamos, por tanto, ante otra gran cinta sobre periodismo, a la vez documental, thriller político y peli de espionaje, con dos grandes actores y donde si hay algo que sobra son los pasajes melodramáticos del personaje de Meryl Streep. Esos detallitos algo cargantes sin los que el cine de Spielberg ganaría en crudeza y verdad, aunque posiblemente le restaría espectadores.
CERVEZA RECOMENDADA
60 Minute IPA. Alcohol: 6%. Amargor 60 IBU.
La cervecera craft Dogfish Head nació en los años 90 en la Costa Este de Estados Unidos como respuesta al movimiento artesanal surgido unos años antes en la Costa Oeste con Sierra Nevada o Anchor Brewery, y con la filosofía de crear “cervezas excéntricas para gente excéntrica”. La primera de sus elaboraciones fue esta 60 Minute IPA, una India Pale Ale cocinada durante 60 minutos con adiciones constantes de lúpulo durante toda la cocción, y que es el buque insignia de la casa.
Esta audaz cerveza presenta un color entre dorado y cobrizo y se corona por una espuma consistente de color crema. En la nariz, encontramos las notas cítricas y tropicales propias de los lúpulos americanos que tan de moda están en los mercados internacionales. Además, debido a su complejidad, se encuentran matices de naranja amarga, pomelo y frutas de hueso. En cuanto al gusto, vuelve a estar presente el cítrico con matices resinosos equilibrados por cierto dulzor. El paso por garganta es moderadamente amargo, pero su final seco invita a repetir. Una excelente IPA para los que se inician en este exitoso estilo.