El diario británico The Guardian ha designado al futbolista español del Manchester United Juan Mata como The Guardian Footballer of the Year: «Ha hecho más que nadie para hacernos creer que el fútbol profesional no solo se basa en la codicia y los salarios asombrosos».
El premio se refiere a la iniciativa ‘Common Goal‘ que propone donar el 1% del salario anual a obras de caridad. Más de 35 profesionales de 17 países distintos han fichado por el equipo de Mata, algunos tan importantes y significativos como Chiellini, Hummels, Alex Morgan, Megan Rapinoe o Shinji Kagawa.
Todo arrancó el pasado verano cuando el asturiano, que llevaba un par de años planteándose la idea de crear una fundación, decidió involucrarse y apostar por un proyecto tan ambicioso como Common Goal. Mata, un tipo agradecido que busca devolver a la sociedad parte de lo que le ha recibido de ella, conoció a Jürgen Griesbeck, fundador en Colombia de la ONG ‘streetfootballworld‘ a raíz del asesinato de Andrés Escobar. Desde el primer momento hubo empatía y saltó la chispa con esta iniciativa de globalizar la donación de un 1% del salario para destinar a causas solidarias de todo tipo. Otra persona clave en todo el proceso ha sido su hermana Paula, colaboradora de Save the Children en diferentes proyectos en Etopía e Islandia y una persona muy vinculada a actividades solidarias. El futbolista ha realizado varios viajes con estas mismas motivaciones y uno de ellos le llevó a la India junto a su pareja. Aquella experiencia acabó de concienciarle de que había que hacer algo.
El fútbol vive días de codicia desmedida. Cristiano Ronaldo y Messi han extrapolado su duelo en el césped a una pugna por ser el mejor pagado del universo futbolístico. Una aspiración tan lícita como obscena, cuando se habla de los millones de euros que ingresan. No muchos saben, porque ellos así lo quieren, que ambos destinan numerosas cantidades de dinero para sufragar costosísimos tratamientos médicos a chicos que no se los pueden costear. Lo que les honra. Pero los escándalos por fraude fiscal que han protagonizado tanto el argentino como el portugués, con ingresos por derechos de imagen desviados a paraísos fiscales, son un mal ejemplo para dos figuras mundiales que tienen la capacidad de influir en millones de jóvenes de generaciones venideras.
Mata ha hecho algo que no hace nadie: no sólo ha dado un paso adelante y se ha rascado el bolsillo; además, ha invitado al resto de sus compañeros a hacer lo mismo. El mérito radica, precisamente, en esa proposición. Un gesto tan valiente como arriesgado en una comunidad, la de los futbolistas, bien pagada de sí misma y con una conciencia social previsible que reacciona puntualmente a tragedias y sucesos concretos.
A día de hoy son muy pocos los que han dado el paso. Uno de ellos, sin embargo, muy significativo. El presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Čeferin, se ha convertido en el primer influencer en sumarse a la iniciativa. Entre los jugadores de primer nivel destacan el portero Kasper Schmeichel y los centrales Chiellini y Hummels. En la lista hay cinco españoles, ninguno de ellos una estrella rutilante ni una figura de sueldo desorbitado. Los comprometidos son las jugadoras Vero Boquete y Olga García, y los futbolistas Bruno Saltor (Brighton & Hove Albion), Borja Lasso (canterano del Sevilla) y Alberto Prada (SC Wiener Neustadt austriaco). Un retrato tan triste como exacto de la conciencia de nuestro fútbol.
El fútbol, como deporte de masas, tiene una responsabilidad social. Al igual que Anna Muzychuk, la doble campeona del mundo de ajedrez rápido, ha realizado un gesto de una importancia descomunal al negarse a participar en el Mundial de Ajedrez de Arabia Saudí para no ser “una criatura de segunda”, Juan Mata ha roto la baraja dando un paso que muchos deberían seguir. Sacudido por los escándalos financieros, la corrupción y una codicia intolerable que convive con una sociedad devastada por los efectos de la crisis, el fútbol debe hacer gestos que le acerquen a los aficionados. No es de recibo que se siga prostituyendo el balón a golpe de petrodólar, olvidando que los verdaderos héroes son los aficionados. El fútbol debe ser ejemplar. Y con esta iniciativa, Juan Mata se ha convertido en el Robin Hood del fútbol.