sábado, diciembre 7, 2024
Google search engine

Lagarto, lagarto

Si usted es un fiel seguidor de los programas de variedades de Televisión Española pensará que Diego Costa es el jugador más expulsado de la Liga española. No lo es. Si se fija en los datos, siento ser aguafiestas, verá que semejante honor corresponde a Sergio Ramos. Un tipo sobre el que no suelo escuchar ninguna referencia a su agresividad. Ni en Televisión Española ni en ningún otro sitio. Es más, Diego Costa ha sido expulsado dos veces jugando en Primera División. Sé que es difícil de creer pero basta recurrir a los datos. Una fue cuando jugaba en el Valladolid y la otra ocurrió el pasado sábado, por doble amonestación, y gracias a que su instinto asesino le llevo a celebrar un gol en la grada. Abrazándose a espectadores anónimos sin recordar que eso no está prohibido en Londres pero sí en España (salvo que seas Messi, Luis Suarez, Zaza o Cristiano Ronaldo).

Si usted tiene a bien darse un paseo por la tertulias de eruditos o por determinados diarios digitales de previsible línea editorial, observará que un nutrido grupo de arietes mediáticos (y sus locos seguidores) han vuelto a desenterrar una idea que desgraciadamente no es nueva. Proponen que un tipo como Diego Costa, así, en despectivo, no pueda volver a jugar en la Selección Española. Erigiéndose en el Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio (en Arabia Saudita este organismo recibe el nombre de Haia) tratan de expandir la idea de que un indeseable como el aludido no puede vestir una camiseta que, al parecer, les pertenece. Las razones no son administrativas, puesto que Diego Costa tiene la nacionalidad española. Tampoco son técnicas, dado que es, de largo, el delantero centro español, de menos de 30 años, con más goles, más partidos en la elite y mejor palmarés. Ni siquiera es una cuestión de falta de compromiso porque, merece la pena recordarlo, el futbolista de Lagarto decidió renunciar a jugar en la selección del país en el que nació. Una irrelevante selección brasileña que apenas ha sido cinco veces campeona del mundo.

Descartando razones étnicas (que me provocan arcadas sólo de imaginarlas) y teniendo claro que en la Selección hay jugadores con un registro de expulsiones bastante mayor que el de Costa, sólo queda pensar que los motivos para una campaña tan evidente de desprestigio pasan por el gusto personal de esa supuesta elite hegemónica que cree regir nuestros destinos. Según estos imanes de la fe verdadera, Diego Costa no cumple los requisitos establecidos (no sabemos dónde) sobre estilo, estética y espíritu deportivo.

Me da bastante repelús todo ese lenguaje despótico cuando se mezcla con símbolos que se supone deberían ser integradores, pero no tengo claro que la Selección española, al menos su entorno mediático, lo sea a día de hoy. En ese punto mi conclusión es clara: si la Selección debe regirse por los criterios reaccionarios de una supuesta especie dominante, que parece ser que sí, que no cuenten conmigo. En ese caso yo tampoco soy digno de ser su aficionado.

Diego Costa es un jugador especial pero no es el primer jugador (ni el último) con un nivel exagerado de entrega, con dificultades para controlar las emociones dentro del campo, ni con una marcada tendencia a vivir en los límites del reglamento. No es algo que me seduzca, ni que me guste, ni que defienda, pero tampoco es algo que me sorprenda. Sería muy cínico ignorar que es un futbolista con determinadas actitudes en el campo que no sólo no mejoran su juego sino que muchas veces lo perjudican, pero me resulta muy sospechoso eso de coger el rábano por las hojas. Amplificar la anécdota y ensombrecer el hecho. Ser tan hipócrita de juzgar cualquier gesto del hispano-brasileño con ojos de virginal samaritano pero meter todo lo demás, especialmente lo de ciertos equipos y ciertos futbolistas, en la generosa categoría de “cosas del fútbol”.

Diego Costa es un excelente jugador con virtudes y defectos. Defectos que, por cierto, ha ido puliendo a lo largo de los años por mucho que nadie quiera reconocerlo. El problema no es criticar a Diego Costa cuando se lo merece, que ocurre más veces de las que me gustaría y que es muy lícito, sino activar la caza de brujas con carácter preventivo. Advertir a los estamentos del fútbol de que en el campo tenemos un jugador marcado con la Letra Escarlata. Distorsionar cualquier defecto para deslegitimar cualquier virtud. Poner luego cara de sorpresa cuando se recoge lo sembrado.

Al final uno termina por pensar que lo mismo el gran delito de Diego Costa es tener la desfachatez de hacer mejor al equipo con el que juega. Un equipo que, sospechosamente, no es ninguno de los dos que alimentan el poderoso Matrix mediático. No creo que sea eso, ¿verdad? No. Seguro que me estoy equivocando.

@enniosotanaz

Ennio Sotanaz
Ennio Sotanaz
Se hace llamar "escritor intruso", pero ya se está convirtiendo en escritor de cabecera. Alimentó un blog en torno al Atleti (“Y los sueños, sueños son”) desde 2007 a 2017 así como otros blogs clandestinos sobre música, cine, series y política. Además, es compositor, cantante, guitarrista y teclista de los 'Happy Losers'. También ha publicado discos en solitario bajo el pseudónimo de Lukah Boo. Entre otras rarezas tiene un título de Ingeniero Industrial firmado por el Rey.
RELATED ARTICLES

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments

Perikorro en Con contundencia
Alberto Patiño Varela en Los antimadridistas
Xavi Verger en Vinicius saca el cañón
Perikorro en Vivos con Fati-ga
Diego en Los sufridores
Diego en Viva el rey
Juan De Dios Luna Cijanes en La posesión y los tulipanes
Perikorro en Minority Report
Dr en Las viudas
Diego en Las viudas
Perikorro en Las viudas
Perikorro en Gaspartismo Reloaded
Diego en Viva la Vuelta
Dr en Viva Irlanda
Diego en Viva Irlanda
Diego en Decíamos ayer
Diego en Paz y amor
Dr en Paz y amor
Diego en Paz y amor
Diego en Vuela Supermán
Diego en Vuela Supermán
Diego en El trampolín
Perikorro en Salvar a Barrabás
Coral en Truman
Jose Avellaneda Perez en Los ídolos
María en Calles vacías
Amiguel en El pendejo de turno
Silvia Nebreda en Palabras y lágrimas
Manitu69 en This is Atleti
Alejandro Rincón Rubio en ¿Es Jovic un mediapunta?
Diego A. en Elogio de la locura
Juan De Dios Luna Cijanes en Efectividad máxima
Alfrez en Oda al populismo
Alfrez en Oda al populismo
Diego en Oda al populismo
Manitu69 en Oda al populismo
Fiodor Dostoievski en ¿Suerte o talento?
EUGENIO JORDAN en El cisne blanco
Frank Terraces en Historia del segundo Atleti
Hassandudeim en Historia del segundo Atleti
Perikorro en Aquí un Zidanista
Hassansudeim en Fichar a Descartes
Frank Terraces en Fichar a Descartes
Michael en Nacho y la tristeza
Irene García en Entre cero y nada
Roberto Gómez González en Entre cero y nada
Hassansudeim en Primeras impresiones
Rafael Sánchez Sánchez en Correa, Oblak y feliz año nuevo
Juanma Jiménez en Sólo fútbol
Jules en Sólo fútbol
Che en Trigo limpio
Gracias Faubert en Trigo limpio
Hassansudeim en Trigo limpio
Xabier en Trigo limpio
Juan carlos en Trigo limpio
Óscar Laguna en Ansiedad
Juan De Dios Luna Cijanes en El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos
Joan Del Valle en El tamaño importa (y mucho)
Jose Carlos Torrenova Lozano en Mucho más importante que todo eso
Pascual Vicente Martínez Gimeno en Dos años A La Contra
Vicente Martin-Pozuelo Cantos en Good Bye, Lenin!
yerry en Don Cenizo
IGWT en Relatividad
Manitu69 en Hacerse viejo
Tony en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Grandes éxitos de ayer y hoy
Esuardo en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Victoria sin identidad
Frank Terraces en Bendita normalidad
Francisco en Victoria sin identidad
Julián Martín Fernández en Rodrygo hace viejo a Vinicius
J. J. Creamer en Los héroes de Bowie
Joselito en Éxito sin cimientos
Juan de Dios Luna Cijanes en Ansufatización
Juan De Dios Luna Cijanes en El ciclismo se ablanda
Frank Terraces en Desapego
Juan De Dios Luna Cijanes en Movistar no se rinde
Juan de Dios Luna Cijanes en Queremos tanto a Roglic
Frank Terraces en Hace dos meses
Juan De Dios Luna Cijanes en Nada por aquí, Neymar por allá
Juan De Dios Luna Cijanes en Hoy me he acordado de Lucho Herrera
Juan De Dios Luna Cijanes en Un colombiano en la luna
Juan De Dios Luna Cijanes en El Tour se achica ante Bernal
Juan de Dios Luna Cijanes en Bernal rompe el cielo
Juan De Dios Luna Cijanes en Bernal quiere el Tour
Eberhard Torres Calderón en Cuarenta años de La vida de Brian
Juan De Dios Luna Cijanes en Pinot quiere el Tour y Mikel Landa no se rinde
Frank Terraces en El Atlético más merengue
Juan De Dios Luna Cijanes en La suerte dispara contra Landa
Diego en El fugitivo
Diego en Sopor de France
Juan De Dios Luna Cijanes en El Talento Desperdiciado I: George Best
Juan De Dios Luna Cijanes en Friedenreich: Pelé antes de Pelé
Frank Terraces en La Feria de la Carne
Frank Terraces en El altar de Pérgamo
Juan De Dios Luna Cijanes en Ni cinco de bola
José Antonio Gutiérrez en No cambies tus sueños, cambia el mundo
Antonio Lopez Lobeto en Los doce trabajos de Hércules
Francisco Pedrajas Raya en Ramos-Florentino: Pimpinela en el Madrid
Antonio Lopez Lobeto en Mi pájaro es mejor que el tuyo
Stockton en Bon voyage
Juan De Dios Luna Cijanes en El problema del Barça es el relato
Perikorro en Tantas mareas, marean
Perikorro en No me gusta el cricket
Carmelo en La venda ya cayó
Antonio Jesús Zarza Moreno en ¿Marino o submarino?
Lorenzo Dominguez Sanchez en Gracias, Florentino
Joaquín en Camino a Vitoria
Robert Lee en El que se va, ya no es
victor martín marron en Quiten de ahí a esa loca
Martín Vallejo platero en El borde de la piscina
Diego en Gracias, Johan
jose antonio medrano en Gracias, Johan
Jorge Florido en Gracias, Johan
Javier en Gracias, Johan
Esteban en Gracias, Johan
Fran en Gracias, Johan
5contraelcalvo en Esperando a Zidane
Perikorro en Esperando a Zidane
Elaine Cristina en Casillas, el homenaje pendiente
Tomás Luis de Victoria en No, lo ponemos todo al centro
Tomás Luís de Victoria en Casillas, el homenaje pendiente
Lucas en Benzema FC
Carlos Antonio Suárez fornelino en Jugarse «nada»
Antonio Lopez Lobeto en Siete equipos para tres descensos
Víctor Raúl Valladares en El Real Madrid se queda solo
IÑAKI ASENSIO CALATAYUD en Ter Stegen, el portero de la T-10
José Ramón García en Ilusión en el nuevo White Hart Lane
JOSE ANTONIO FERNANDEZ PLAZA en Héctor del Mar, tal como éramos
Lucas en Oh, capitán
José Luis Heras en Usted tiene el faro roto
Juan J Rodriguez en Usted tiene el faro roto
Jairo Castillo en El Madrid de la triste figura
Rod en Au revoir
Cristian Galván en Motociclismo e hipocresía
Hassansudeim en La trampa perfecta
Juan De Dios Luna Cijanes en La trampa perfecta
Antonio Lopez Lobeto en Cuestión de fe
Martín Vallejo platero en Marcó Isco, ganó Zidane
Eliseo en Vuelve Zidane
Juan De Dios Luna Cijanes en La esperanza
Juan de Dios Luna Cijanes en La muerte del emperador
Maria Jose en Tropismo
María Jesús en Tropismo
Antonio Lopez Lobeto en El amor no siempre gana
SanEmeterio For Atle en Bienvenidos al espectáculo de minstrel
Elaine Cristina en El empate perfecto
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en La revancha perpetua
Antonio Lopez Lobeto en Al límite de la filosofía
Juan de Dios Luna Cijanes en La ley del mínimo esfuerzo
Antonio Lopez Lobeto en Milagro Kvitova
Carlos Leo Castellanos en Cristiano ya no va de farol
Marcos Da Silva en El tamaño importa (y mucho)
Antonio Lopez Lobeto en Promesas que todavía lo son
Gustavo Del río manzano en Quince años sin el mejor: Chava Jiménez
ROSA MARIA cuesta guerrero en A propósito de Laura
Irene García en Vidrio roto
AA - Rod en Vidrio roto
Juan Luna Cijanes en Solari y la teoría del melón
Antonio Lopez Lobeto en El valor de las palabras
Raúl Ávila en El traje de toda la vida
Miguel Morán en Godín es El Cid Campeador
Ricardo Moreno Castillo en La adolescencia duele
Aminie Filippi en La adolescencia duele
Miguel Angel Hidalgo Mena en Historia de un superviviente
Alfrez en Por los cojones
Paulino en Por los cojones
ROSA MARIA cuesta guerrero en La adolescencia duele
Luis Miguel en Y el presidente, ¿qué?
Oscar Redondo Callado en Tour 2019: Un espanto de recorrido
Santiago Peraza en A LA CONTRA, primer aniversario
Teddy Sagarrasantos@hotmail.com en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Conchita Minguez en Cinco apuntes para seis carreras