El 14 de agosto de 2017, tras ser despedido con una gran bronca en la Plaza de Toros del Puerto de Santa María, José Antonio Morante Camacho, Morante de La Puebla, anunciaba su retirada de los ruedos taurinos. Una vez cerrada la crisis entre otoño e invierno, casi igual que se cuartea y reseca una tabla marismeña de arroz, Morante (1979, La Puebla del Río, Sevilla), el genio singular del toreo y de una vida que él mueve a compás de arte e inspiración, consultó con la almohada: y decidió reaparecer este mayo próximo, en la Feria del Caballo, en Jerez de la Frontera. Así, Morante no hará el paseíllo en la Feria de Abril, en Sevilla. Al amanecer del pasado sábado 20, sólo minutos antes del Encierro de San Sebastián, que él mismo organiza en La Puebla del Río, José Antonio Morante, con un cafelito de por medio, se sinceró en una entrevista exclusiva para A LA CONTRA.
—¿Cómo es que vuelve en mayo… y no en abril, en la Feria de Sevilla?
—Bueno, pues esto no es más que un torero que se ha retirado en agosto pasado… y que decide cuándo le toca volver. No vuelvo en abril, vuelvo en mayo. Y empiezo en Jerez, que también está ahí al lado, ¿no? Esto ya es así. Pero la idea es ir a los sitios donde se respete el tipo de toro con el que se pueda dar vía libre al arte.
—Cerca de medio año después de haber anunciado que lo dejaba, tras un mal día en El Puerto, ¿puede recapitular ahora sobre la decisión y sus causas?
—No es algo de lo que me guste mucho hablar, pero en fin… Se cansa uno, se va cansando de los presidentes, de los veterinarios, de tanta sinrazón en relación al toro y de ver a los toreros sufriendo en todo este ambiente. Los toreros, los novilleros… y también, los aficionados auténticos. La gota que colmó el vaso fue aquel día en Puerto de Santa María.
—¿Algo que ver en especial con las oleadas de antitaurinismo? ¿Qué opina sobre esto? Usted llegó a debatir tranquilamente en Ronda con un grupo de antitaurinos que se manifestaban.
—En fin… el antitaurinismo es como un virus altamente contagioso, o contagiable dirían otros. Le llega sobre todo a mentes muy fáciles de confundir y que, la mayoría, vive en grandes urbes. Hay algo de infantil… hay antitaurinos que creen que las hamburguesas se hacen con un ordenador.
—Morante se ha movido desde siempre en el campo y en la Marisma, en cortijos tan taurinos como La Vuelta del Cojo, que fue de Pérez de la Concha o El Rincón de los Lirios, siempre en contacto con la Naturaleza y el toro. ¿Siempre buscando la inspiración en las huellas de José Gómez Ortega, Gallito, Joselito El Gallo? ¿Es él su modelo?
—Joselito es Joselito y todos sabemos que en él y Juan Belmonte se engloban la tauromaquia y la faena moderna. Pero ya hay un distanciamiento en el tiempo que está también en la faena, en la forma de ponerse ante el toro, en la distancia… uno no se puede parecer a nadie. Y yo creo que Morante no se parece a nadie. La inspiración nace de hablar contigo mismo y con el toro. Es un diálogo íntimo. El toreo tiene su propia música y no es un pasodoble. Es un hilo, un sonido que viene desde el toro y que conecta al toro y al torero. Tienes que tener oído para oír ese eco.
(Y así es, si así os parece. Así funciona Morante, que un día dijo a Antonio Sosa Suárez, pintor coriano y vecino de Puebla: «El toro es como un espejo que te devuelve la mirada». Sin música, en pura conexión de diálogo con el toro, el temple de Morante se ha arrebatado en faenas antológicas. Pero también, José Antonio ha escuchado en el albero de la Maestranza sevillana cómo la banda de Tejera se arrancaba a saludarle con Suspiros de España —uno de sus pasodobles preferidos— tras cincelar una media verónica que duró tanto como el toque de campanas de la Giralda: la oración del Atardecer, En el Nombre de Dios Clemente y Misericordioso).
—Joselito, Curro Romero, Rafael de Paula. Diga, Morante…
—Aparte de la inspiración que pueda suponer como idea en momentos puntuales, de Joselito hay que quedarse con ese modelo de hombre íntegro que él fue. Romero es la genialidad. Y Paula… la plenitud.
—Y Morante…
—Morante… mmm… está ahí, dando vueltas por el redondel.
(«Uno dos y tres… tres capotes en el redondel. Puntos cardinales de una geografía de sol y de sangre. Y el toro en el sur… una media luna sobre su ‘testú» las líneas de un tal Federico García Lorca).
—Hablaba antes de decantarse por ese tipo de toro «que pueda dar vía libre al arte». ¿Cabe extenderse?
—Se ha ido a un toro de dimensiones y características que hacen casi imposible el toreo de arte, tal como yo lo entiendo. Otro toro. Para otro tipo de toreo. Pero igual que respeto al torero que busca al público, aunque ese estilo no es el mío, ese otro toro del que hablo es un toro que te conduce a un toreo que es como una guerra. Y yo no quiero guerras.
—No sé por qué me vienen a la cabeza Madrid, Las Ventas, San Isidro… ¿va a ir para allá? Allí tuvo una tarde de éxtasis con el capote, el 21-5-2009. Usted lloró de tanta emoción. Crujieron el cemento y los cimientos de Las Ventas…
—Aquel fue un día muy especial… y en esa plaza, tan difícil. Pero en principio, no voy a Madrid en San Isidro. De momento, no se ha hablado. No ha habido comunicación. Puede que lo haga en junio, como pasó en el último año. Veremos.
—También se ha hablado de que podía montarse una minitemporada de duelos nada menos que con José Tomás…
—Igual: de momento, nada.
—¿No le seducen de algún modo las formas en que José Tomás conduce sus temporadas, tan parcas, y su mismo toreo, el llamado tomasismo?
—No, torear tan poco… no me seduce nada. Uno no se tiene que parecer a nadie, no está en mi parecerme a nadie. Ni en tu toreo ni en tu ser. Cada uno, que haga lo que tenga que hacer de acuerdo a su potencial.
—Bueno, ¿y ese Betis, tan suyo? (Morante sigue jugando sus partidos de fútbol en su finca de La Puebla, con su equipo: Los Warriors).
—El Betis… parece que se vino arriba con los cinco goles en el campo del Sevilla, ¿no? Esos fueron mis mejores Reyes. Esa noche me fui a disfrutarlo por ahí, todo a gusto en esa noche de Reyes, todo para mí.
—Lo mejor y lo peor del Betis…
—(Sin duda) Lo mejor es Joaquín. Lo peor… no hay ná: el Betis es así.
—¿Y aquellos amigos de México, el boxeador, Canelo… los recuerdos de ese Rodolfo El Pana que ya está en los cielos?
—Canelo me transmitió la afición por el boxeo. Me vino muy bien y me acuerdo de él. Pero ahora ya hay menos contacto. El Pana no tenía familiares cercanos, que yo sepa. Así se nos fue.
—Vaya la que tiene montada en La Puebla, con estos encierros de San Sebastián. ¿Cómo se le ocurrió, cómo se las arregla? El pueblo, ceñido en los balcones como por una sola bandera de España: aquí, la Legión…
—Todo lo organizo yo, sí. Pero desde el principio me ha ayudado mucha gente: Ricardo Mateo, el Teniente General de la Fuerza Terrestre de Sevilla…
—Dice su padre, Rafael, que van a terminar queriendo ponerle de alcalde…
—Política, no. Muy complicado. La política… para los políticos.
Un poco «monguer» comparar el hacer un producto alimenticio con deleitarse viendo morir a un animal de forma sádica. Encima lo ponéis como cultura. @alacontra360 Ya tenéis un seguidor menos. Disfrutad de la barbarie
Cierra al salir y da recuerdos en los correbous.
Una cosa es matar un animal para comer y otra muy diferente matar por entretenimiento, eso creo que simplemente una perversión humana, a parte de tener nombre en la psiquiatría. A ver si nos lo empezamos a plantear!
Hay que ser muy….para decir tal barbaridad…El disfrutar con el dolor tiene un nombre…..Llamar arte a la tortura,es un insulto a la inteligencia, a la ética, a la moral..
Como bien habéis manifestado lo ocurrido en Ronda, íbamos un par de amigos y yo tan tranquilos por la calle y dislumbramos el autobús de la escuela taurina, a lo que dilucidamos ‘escuela de asesinos de Ronda’ un enjambre de ‘personas’ empezaron a perseguirnos y a increpar con violencia y el puño en alto cual bruja en época medieval que van a arrojar a la hoguera nos vimos injuriados por estos personajes que después de mucho gritar sandeces que sólo se creen ello, y personal del hotel salió a dispersar estos energúmenos, se fueron vociferando como si de una guerra ganada, donde está la civilización de estos psicópatas.