El positivo de Chris Froome estrecha el cerco sobre el equipo Sky, nacido como estandarte del ciclismo limpio y últimamente envuelto en una serie de casos que ponen en duda su credibilidad. El pasado mes de noviembre, Shane Sutton, que fue miembro de Sky y director técnico de la Federación Británica (ahora entrena a la selección china de pista), admitió que algunos medicamentos autorizados por la Unión Ciclista Internacional (UCI) en situaciones especiales son empleados para mejorar el rendimiento de los corredores. “Si tienes a un deportista al 95% de su mejor nivel y para conseguir ese 5% que le falta, debido a una lesión o un pequeño problema, se necesita pedir una TUE (Therapeutic Use Exemption, “excepción de uso terapéutico”), entonces lo haces. El reglamento lo permite”.
Hasta el positivo de Froome, las principales sospechas sobre Sky se concentraban en un paquete enviado al equipo durante el Dauphiné de 2011, concretamente el 12 de junio. El paquete en cuestión habría viajado desde Manchester hasta Ginebra y desde allí a La Toussuire, donde habría sido recibido por Richard Freeman, médico en carrera del Sky. Según las sospechas de la Agencia Antidopaje Británica (UKAD), el paquete contenía un corticostiroide llamado triamcinolona usado para combatir dolencias artríticas y que habría sido inyectado por vía intramuscular a Wiggins (sólo es positivo si es administrado por vía oral, intravenosa, intramuscular o rectal). Sky lo negó y afirmó que lo que había en el paquete era Fluimicil, un descongestivo catarral que está autorizado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y que le fue aplicado al ciclista vía nebulizador.
Lo extraño es que el Fluimicil es un medicamento que se vende en Francia y que no está disponible en el Reino Unido. La explicación del Sky es que el doctor Freeman no lo adquirió en Francia porque la mezcla que utiliza con los ciclistas no es la que se vende en farmacias y, además, porque no está autorizado a hacer prescripciones en territorio francés. De manera que lo encargó a Múnich, donde sí tiene derechos de prescripción, y lo guardó en las oficinas del Sky en Manchester.
El problema, y se suceden los fenómenos extraños, es que Freeman no pudo probar lo anterior porque los registros médicos que guardaba desaparecieron cuando le robaron su ordenador portátil durante unas vacaciones en Grecia en 2014. Sky sólo le culpa de no haber subido su registro a Dropbox, donde todos los médicos que trabajan para el equipo publican sus resultados. “Lamentamos el fallo, pero hay personas que se adaptan más fácilmente a la tecnología que otras”.
En relación a la triamcicolona, el Sky admitió haber adquirido 55 ampollas entre 2010 y 2013 pero dijo que una “pequeña proporción” fueron administradas a los corredores y por las vías permitidas; en su mayoría fueron utilizadas para tratar al staff del equipo. Wiggins, en cualquier caso, estaba autorizado a utilizar la triamcicolona al beneficiarse del uso terapéutico que establece de la UCI a través del TUE.
El pasado 1 de marzo, el Comité británico de Cultura, Media y Deporte llamó a declarar a la director de la UKAD, Nicole Sapstead, y a Dave Brailsford, general manager del equipo Sky para que informaran del caso en sede parlamentaria. Brailsford, al igual que Wiggins, tienen el título de Sir por sus contribuciones al deporte británico.