Comenzar una película con un primer plano de un corazón humano latiendo dentro de una caja torácica abierta mientras suenan los coros de una solemne pieza musical de Franz Schubert es toda una declaración de intenciones. El director griego de Canino y Langosta tumba al espectador en una mesa de operaciones en esta perturbadora historia que te mantiene literalmente con el corazón en un puño. Colin Farrell interpreta a un cardiólogo casado con la gélida Nicole Kidman, también doctora. Ambos componen una pareja que lleva una apacible y casi tediosa existencia con sus dos hijos.
Título: El sacrificio de un ciervo sagrado
Dirección: Yorgos Lanthimos.
Reparto: Colin Farrell, Nicole Kidman, Barry Keoghan, Raffey Cassidy, Sunny Suljic, Alicia Silverstone.
Dirección: Yorgos Lanthimos.
Reparto: Colin Farrell, Nicole Kidman, Barry Keoghan, Raffey Cassidy, Sunny Suljic, Alicia Silverstone.
Nacionalidad: Reino Unido.
Duración: 109 min.
Pero el apocado doctor también mantiene una extraña relación con un adolescente inquietante (Barry Keoghan, un joven actor que con muy poco consigue poner los pelos de punta), que se irá introduciendo paulatinamente en la vida familiar. La acción transcurre a paso lento, pero avanza de forma incesante hasta un momento en que la película da un escalofriante giro, un único y demoledor minuto en el que el siniestro adolescente Keoghan, que perdió a su padre mientras estaba siendo operado por el cardiólogo Farrell, le plantea a éste que si quiere que su vida siga como hasta ahora debe estar dispuesto a hacer un sacrificio, el mayor que un hombre puede imaginar, digno de una tragedia de Eurípides.
A partir de ese tremendo minuto la pesadilla progresa de manera implacable y una maldad de carácter sobrenatural engulle como una hambrienta fiera el destino de esa rarita familia feliz. Con una puesta en escena kubrickiana que te hiela la sangre, asistimos a una caída en picado de esta familia hacia un infierno que a veces resulta tan exageradamente doloroso que uno puede llegar a desconectar, para finalmente desembocar en un desenlace que, en la opinión del que escribe, resulta totalmente pasado de vueltas (y lo de ‘pasado de vueltas’ es sólo un guiño de pésimo humor negro que entenderán aquellos que hayan visto la película, no es mi intención spoilear). En fin, que si lo que desea uno es pasar un buen rato en el cine, la cartelera está llena de otros títulos para satisfacer ese deseo, pero si quieren enfrentarse a cine complejo, bien escrito (se llevó el premio al Mejor Guion en Cannes) y someter su corazón a emociones fuertes, ésta es su película.
CERVEZA RECOMENDADA
Sierra Nevada Pale Ale. Alcohol: 5,6% vol. Amargor: 38 IBU.
Ken Grossman, el Steve Jobs del movimiento craft, aburrido de las insípidas cervezas americanas tipo Budweiser o Miller, comenzó a elaborar sus propias birras en el garaje de su casa de California allá por los años 70, y en poco tiempo se convirtió en todo un fenómeno en su país con su emblemática Sierra Nevada Pale Ale. Hoy ha llegado a ser el primer cervecero independiente que ha pasado a ver su nombre en la lista de los nuevos billonarios de la revista Forbers.
Su mítica cerveza es un líquido brillante de color ámbar que nada más servirla en el vaso nos advierte de su carga de lúpulos americanos como el Cascade por sus aromas cítricos y a pino. Aunque cuenta con un potente cuerpo debido a sus maltas, el final de boca deja un agradable amargor no tan salvaje como las IPA que tanto gustan por aquellas latitudes, lo que la convierte en una cerveza de las que seguro que repites. Todo un clásico contemporáneo.