Ramón Tribulietx, un barcelonés de 45 años, inició en 2008 una aventura por Nueva Zelanda que le ha llevado, casi una década después, a convertirse en una referencia indiscutible en el fútbol de ese país y a ganarse un hueco en la historia del Mundial de Clubes.
Tribulietx, entrenador del Auckland City, ha participado en siete ediciones del torneo, de 2011 a 2017, algo inalcanzable para cualquier otro técnico del mundo. Su equipo suma nueve presencias, una cifra que casi dobla las cinco del Al-Ahly de Egipto. Real Madrid y Barcelona, por ejemplo, acumulan cuatro apariciones.
Ningún equipo ha disputado más partidos en este torneo que Auckland City, 15 incluido el de 2017. Le sigue el Al-Ahly, con 11. Firmó su actuación más brillante en 2014, cuando terminó tercero en una edición ganada por el Real Madrid, que se impuso en la final a San Lorenzo de Almagro.
Más allá de estas cifras, la importancia de Tribulietx hay que buscarla en su capacidad para modernizar el fútbol neozelandés, al que ha dado un toque europeo y sobre el que ejerce una influencia táctica que trasciende a su propio equipo. Y es que las siete presencias consecutivas de Auckland City en el Mundial de Clubes no son un regalo, sino la consecuencia del trabajo bien hecho en Oceanía, donde Tribulietx y Auckland han ganado las últimas siete Ligas de Campeones de la OFC (Confederación de Fútbol de Oceanía).
Tribulietx comenzó su carrera en los banquillos en el Sant Andreu, Figueres y Castelldefels. En 2008 dio el gran salto de su vida al viajar hasta Nueva Zelanda para convertirse en ayudante de Paul Posa en Auckland City. Un año después ganó la Liga de Campeones de la OFC como asistente de Aaron McFarland y desde 2010 ejerce como primer entrenador con los excelentes resultados ya mencionados.
Al Mundial de Clubes de 2017 acude con un grupo de jugadores de 10 nacionalidades diferentes (Nueva Zelanda, España, Japón, Croacia, Inglaterra, Italia, Corea del Sur, Islas Salomón, Argentina y Serbia). En la plantilla sobresalen tres españoles, el portero Eñaut Zubikarai, que llegó a jugar en Primera División con la Real Sociedad; el defensa Ángel Viña Berlanga, capitán del equipo y elegido mejor jugador de la última Champions de Oceanía, y el centrocampista Albert Riera, un barcelonés de 33 años que mostró su deseo de jugar con la selección de Nueva Zelanda, ambición que, por el momento, no ha podido hacer realidad.