El estadio Chaban-Delmas, situado en la ciudad francesa de Burdeos, fue el pasado viernes testigo de un hito que pasará a historia del deporte, al menos del rugby. La irlandesa Joy Neville se convirtió en la primera mujer en arbitrar un partido de clubes profesionales europeos de primer nivel, el duelo entre el Bourdeaux-Bergles y el Enisei. La victoria de la escuadra francesa sobre la rusa por 36-27 pasó a un segundo plano.
Neville, internacional en 70 ocasiones y campeona del Seis Naciones en 2013, ya ejerció de árbitro asistente en partidos de Copa de Europa, además de dirigir la final de la Copa del Mundo femenina entre Nueva Zelanda e Inglaterra en agosto. La irlandesa, de 34 años, fue elegida hace tres semanas mejor árbitro del mundo por la World Rugby, convirtiéndose en la segunda mujer en recibir esta distinción. Neville sucedió a la española Alhambra Nievas que recibió este galardón el año pasado.
La árbitro granadina fue la primera mujer en dirigir un partido de selecciones masculinas senior de XV en Europa, el que enfrentó en Helsinki a Finlandia y Noruega en el Campeonato de Europa del ‘Tier 2’. También fue pionera al ser nombrada asistente en un test match masculino, el que midió a Tonga-Estados Unidos en Anoeta.
Nievas, que ya dirigió encuentros de División de Honor masculina y la final de la Copa del Rey, fue la encargada de arbitrar la final femenina de 7 de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y además se la ha podido ver en las máximas competiciones femeninas a nivel mundial como el 6 Naciones, la Womens World Cup celebrada en Irlanda o las Series Mundiales de 7, donde acumula más de 100 partidos.
La española y la irlandesa han sido elegidas por el staff técnico de árbitros para confirmar que la integración de la mujer en posiciones de decisión en el mundo del rugby es un hecho. Un deporte que da un gran paso hacia la igualdad, poniendo la primera piedra para que en un futuro, suponemos que próximo, casos como el de Alhambra y Joy dejen de ser anecdóticos para convertirse en habituales.