Apuraba el partido sus últimos minutos cuando apareció Griezmann con esa figura alicaída que le acompaña desde hace meses, concretamente desde el verano, para empujar un balón a la red y dar la victoria al Atlético. Fue un triunfo sufrido y trabajado ante una Real Sociedad que después de adelantarse en el primer tiempo no supo, una vez más, manejar el encuentro.
Y es que todo se le puso de cuesta arriba al Atlético, que a la media hora ya se vio ante la necesidad de escalar una montaña. Y van muchas esta temporada. Un derribo de Oblak a Oyarzábal fue transformado desde los once metros por Willian José. Sonrió, con desconfianza eso sí, la Real y frunció el ceño el Atlético, obligado a buscar argumentos para voltear la situación. Argumentos que no hace tanto tiempo salían solos, pero que ahora a algunos futbolistas les cuesta encontrarlos.
No están entre estos últimos Filipe Luís, que recuperó el lateral izquierdo en detrimento de Lucas, Koke o Sául, un jugador que regala personalidad y fútbol cuando lo fácil sería bajar la cabeza y resignarse. Una acción de Saúl la completó el brasileño Filipe Luís con un remate con la derecha que equilibró el resultado.
Media hora tenía por delante el Atlético para buscar la remontada. Un tiempo que se le hizo eterno a la Real, siempre entre la duda de guardar un punto o buscar tres. En esa indefinición se plantó casi al final del choque, cuando a una jugada iniciada por Koke y muy bien continuada por Saúl le puso firma de gol Griezmann. No le pudo salvar esta vez a la Real Gerónimo Rulli, un portero que lució guantes de primer nivel en el Wanda Metropolitano.