George Weah es una persona especial. Tiene una sensibilidad y una capacidad de compromiso que ya cuando vivía con las botas puestas, cuando era una estrella mundial, le llevaron a implicarse en labores humanitarias en favor de Liberia y a posicionarse contra los gobernantes que llevaron a su país a su primera guerra civil (1989-1996).
Finalizado el conflicto bélico, Weah pidió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se hiciera cargo del país. Las consecuencias fueron terribles. La parte de su familia que no logró abandonar el país sufrió la ira de las tropas leales al presidente surgido tras la guerra, Charles Taylor.
Taylor cumple una condena de 50 años por crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en Liberia y Sierra Leona. Fue el primer Jefe de Estado condenado por un tribunal internacional (Tribunal Especial para Sierra Leona, SCSL) desde los Juicios de Núremberg.
Nacido en una familia muy pobre, con unos padres que se oponían a que jugara al fútbol y criado con su abuela paterna, Weah utilizó su visibilidad como deportista para llamar la atención sobre el sufrimiento de su pueblo. Su vida ha sido un viaje entre el lujo del fútbol y la pobreza y la violencia que han padecido sus compatriotas, golpeados con dos guerras civiles. La primera entre 1989 y 1996; la segunda, entre 1999 y 2003. Cuando Weah disfrutaba de los mejores años de su carrera, del reconocimiento mundial y de contratos multimillonarios, su país se consumía con estos dos conflictos bélicos. La felicidad de Weah nunca pudo ser completa.
Único futbolista africano que ha ganado el Balón de Oro (1995), Weah colabora desde 1994 con Unicef. Embajador de Buena Voluntad de este programa de la ONU, ha participado en campañas para prevenir el SIDA, para promover la vacunación infantil, para extender la alfabetización en su país y ha trabajado para impedir la utilización de los niños con fines militares en los conflictos bélicos.
Retirado en 2003, Weah comenzó una trayectoria política que le ha llevado a ser elegido presidente de Liberia en las elecciones celebradas este mes de diciembre. Creó el Congreso para el Cambio Democrático (CDC), partido con el que se presentó a las elecciones de 2005. Perdió ante Ellen Johnson-Sirleaf y aunque en principio Weah no reconoció los resultados, después de que los observadores internacionales garantizaran la limpieza del proceso acabó por acatar la victoria de su rival.
A Weah, que siempre contó con un gran apoyo popular, de las clases más bajas de la población, se le recriminó su escasa preparación, la falta de formación para presidir un país. El nuevo gobierno de Johnson-Sirleaf estableció que para poder aspirar a la presidencia sería necesario tener estudios superiores. Weah aceptó el reto y estudio Administración de empresas en Miami.
Renunció a presentarse a las elecciones de 2011 y ha ganado las de 2017, con el 61,5% de los votos, para convertirse en el 25º presidente de Liberia. Su rival ha sido Joseph Boakai, de 73 años y vicepresidente desde 2095 de Johnson-Sirleaf, a la que Weah sustituirá el 22 de febrero.