El día 23 de diciembre, ayer mismo, cumplimos dos meses de vida. No le dedicamos tiempo al aniversario, salvo un recordatorio al vuelo; supongo que, al igual que Kovacic, andábamos demasiado pendientes de Messi. Además, dos días antes habíamos celebrado nuestra primera cena de Navidad, un picoteo de esencias galaicas —como no podía ser de otra forma—, que dejó patente nuestra falta de experiencia: se nos olvidaron los discursos. Y no hubieran sobrado. Aunque pasamos muchas horas juntos, soy un firme defensor de las terapias de grupo.
En mi intervención, y animado por el lúpulo circulante, me hubiera gustado insistir en la necesidad de disfrutar del camino, porque el éxito es la aventura; lo demás son accidentes. En ocasiones tengo la sensación de que nos cegamos con el objetivo y el objetivo, la felicidad rentable, sólo es posible si disfrutamos del trayecto y si acertamos con la perspectiva. El único modo de gustar es gustarse y solo transmitiendo pasión conseguiremos que esta comunidad sea cada vez más amplia. Y digo comunidad, porque nuestra intención nunca ha sido fomentar los pinchazos, sino las complicidades. Ni podemos ni queremos, aunque habitemos en el Molino de Viento, competir con los gigantes. Quien quiera ver los resúmenes de los partidos de fútbol no puede contar con nosotros. Tampoco quien pretenda solazarse con las diez mujeres más sexys de 2018. No somos eso.
Somos una unidad declarada en rebeldía a la que se han ido sumando insurrectos a los que no encuentro mejor día para dar las gracias; también hemos perdido a alguno por el camino y lo lamento profundamente. La ventaja es que la Batcueva es tan pequeña que si entraran los rencores tendríamos que sacar las sillas. Así que vuelvan cuando quieran, estamos detrás de la cortina.
Desde el primer momento me conmovió el compromiso de quienes se incorporaron teniendo otras alternativas, especialmente las alternativas naturales de la juventud reventona. No quisiera llenar esto de nombres que serán desconocidos para muchos, pero no voy a tener más remedio. El primero que me viene a la mente es el de Irene García, cuya personalidad nos define cuando se nos distrae la nuestra, lo que sucede con frecuencia. Se subió al barco sin pedir mayores explicaciones y hasta hoy le hemos ocultado una información fundamental: es posible que el mapa del tesoro sea ella. Otro tanto para vale Ana Boy, que nos proporciona el aporte necesario de Cádiz en sangre. Debe estar muy mal el periodismo si no es capaz de blindar a profesionales con su presente y futuro; nosotros no lo hemos nosotros aún porque la lotería navideña nos jugó una mala pasada.
Empiezo por los jóvenes, pero idéntica fascinación me provocan los periodistas de prestigio que han entrado en nuestra redacción y han fingido que era suficientemente grande. Tomás Guasch se arrojó en apoyo del proyecto aun antes de saber si escribiríamos en los bancos de un parque. Jesús Álvarez, de elegancia genética, nos elogió el espacio, aunque le pareciera un cuarto de plancha. Quien conozca a Luis Villarejo ya sabe que practica la valentía discreta y este sueño requería de exploradores de su perfil. Lu Martín me impone tanto que todavía le observo por detrás de Fermín de la Calle. Ahora comprendo por qué compartimos tanto amigos.
Ha habido otras apariciones enriquecedoras que no estaban en la lista. Nunca estamos tan cerca de nuestro admirado New Yorker como cuando escribe Borja García. Con Juan Rodríguez Briso hemos encontrado un colaborador —amigo, socio— que nos multiplica el talento y el alcance. Tampoco olvidaré cuando Iñako Díaz-Guerra y Tenorio —ideólogos con plumas— me recomendaron a Ennio Sotanaz con tanta convicción que el fichaje quedó cerrado sin mirar y sin leer; bien, pues nos salió Rivaldo.
Y qué decir de mis queridos Baker Boys. Productores, realizadores, rebeldes con Leias y responsables de dos secciones esenciales: Audiovisual y Optimismo. Hubo un día que sentí que se nos iban y nunca he tenido tanto frío. Es curioso: uno descubre amigos de toda la vida cuando ya lleva la mitad.
No quiero dejarme a nadie. Tomás García de la Plaza es uno más porque intuyo que siempre lo fue. Dan Lerner y Catalina Lombana siguen creyendo en nosotros desde Perú y desde Bogotá, lo que tiene mucho más mérito. Serguei Brovtsyn nos seguirá enseñando Rusia y alrededores y Alex Gruzenberg continuará mostrándonos su mundo; Nolan Rada, desde Buenos Aires, ha sido el último en incorporarse. Cada uno en su terreno. Rocío Rodríguez es nuestros ojos —y piernas— en Italia y tanto Domingo García, Samir Abu-Tahoun, Sergio Alberruche como Terry Gragera han venido a reforzar líneas desguarnecidas. Rafa Vivas es, al igual que Ennio, un comentarista sin contaminar. Como Rafa de la Casa. Léanlos. Estoy convencido de que probar es quedarse. No concibo que un aficionado al cine no caiga rendido en los brazos de José Jones al instante de introducirse en sus críticas de cine y cerveza. Yo lo hago casi cada mañana. Cómo leer a Alejandro Delmás sin sentir que es uno de los más grandes. Cómo no atender a Juan Gato.
Para el final dejo a la familia, en el amplio sentido de la expresión y también en el más estrecho. Con Fermín de la Calle, Óscar García y Carlos Izquierdo se comenzó a forjar un sueño que sin ellos no sería. Lo imaginamos en sobremesas en el Vips y en tardes en la playa de Roche, lugares que recomiendo vivamante, cada uno en su estilo. Lo jaleó Pedro Pablo San Martín. Y un buen día nos encontramos pintando de blanco un pequeño local de Malasaña que es mucho más acogedor que los garajes de Silicon Valley. A Carlos Puente le queda el honor —aunque el honor es nuestro— de ponerle soporte técnico y afectivo al proyecto; a él acudimos mucho y nunca cierra. Ángeles Cárcamo juega para nosotros en la posición teórica de madre de familia numerosa y desde aquí puedo asegurar que sabe jugar bien. Luis Cárcamo es otro soporte disimulado en torbellino, como Marcos Basadre. Y la prole es más amplia. Entre las innumerables aportaciones de Paco Cabrero está habernos recomendado a Lito Delgado, otro amigo de la infancia caso de habernos conocido en la infancia.
Estoy empezando a pensar que estuvo bien que me ahorrara el discurso, porque los ronquidos hubieran sido inevitables. Y todavía me falta. Conseguir que deportistas retirados o en activo nos escribieran desde el sentimiento y no desde el discurso oficial es algo que nos hace sentir especialmente orgullosos. Carlos Ruf es, además de un maravilloso descubrimiento, un columnista y una columna moral. La crítica de cine que nos escribió Filipe Luis todavía es comentada con asombro general. Y todavía nos promete más. Borja Valero nos escribió de golf y a no mucho tardar lo hará de NBA. Vendrán otros a la estela de su ejemplo.
No olvido nuestra versión podcast con Antoni Daimiel e Iñako Díaz-Guerra, el primer A la Contra en órbita, elijan amigos para subir a la luna. Ni pierdo de vista que el dichoso discurso no tenía sentido encerrrado entre cuatro paredes. Esto es para los locos que nos siguen. Para los que escriben y para los que nos leen. Para los que miran. Para Marwan, que tanto se preocupa. Para La Mucca, a la que robamos el wifi durante los primeros meses. Para Patricia M. Elvira, que nos pinta guapos. Para Isabel de Olano por dibujar nuestas ideas. Para Tkachenko, por apadrinarnos. Para La Vie en Doux, donde Elvira y Raúl nos dan de comer caliente y de beber frío. Para Diego, que por fin nos pintó el nombre en el cristal.
Para todos, Feliz Navidad. Y gracias.
Cuando uno está a punto de actualizarse a la 5.0, y llegar al medio siglo, pocas cosas emocionan. Y hoy al leer esto lo he hecho. Primero por que hoy, en este mundo de “haters”, dar las gracias no es lo habitual, y reconocer el trabajo de los demás menos todavía y si encima está bien escrito, ya rozamos el milagro.
La admiración es mutua, y la sensación de haber ido juntos al
colegio, haber compartido fechorías de juventud, amoríos y despechos y ser amigos de toda la vida también. Pocas veces en la vida pasan están cosas, y cuando pasan hay que agarrase a ellas como si no hubiera un mañana. Como dijo el maestro yoda , “ hazlo o no lo hagas , pero no lo intentes “ Y si algo tenemos claro es que lo hemos hecho .
Feliz Navidad.
Feliz Navidad
Soy lector de «A la contra» desde el primer día. Como tantos otros llegué aquí siguiendo el rastro de la que considero mejor pluma deportiva de nuestro país: Juanma Trueba. Una vez enterado de su despido en As me preocupé por seguirlo en las RRSS para estar al corriente de sus siguientes proyectos. Lo acompañé en su blog «Crónicas mundanas» y ahora aquí. Reconozco que la mayoría de días empiezo poniendo en el buscador su nombre para ver si ha escrito algo nuevo. Una vez dentro de «A la contra», a veces pico en algún tema que llame mi atención pero mi reclamo para venir aquí son sus artículos. Entre el primero y el último han pasado 67 días y han llevado su firma 45 escritos. Ni siquiera uno al día. Intuyo que algunos cuya firma es «A la contra» también son escritos por él aunque no lo sé con certeza. Por eso desde aquí os recomiendo que JT firme todo lo que escriba para así aumentar las visitas. De todos modos vosotros sabréis a través del número de lectores de cada autor quiénes tienen más aceptación y quiénes menos.
Teniendo en cuenta que el autor de una crónica de fútbol la publica apenas media hora después de que concluya el partido, siempre me he preguntado en qué emplea el resto del día el periodista en cuestión. Supongo que no estará de brazos cruzados en la redacción pero al final lo que nos llega al lector son los artículos que llevan su firma. Y 45 artículos en 67 días me parecen pocos.
Sé que no es vuestro estilo pero los periodistas también os habéis convertido en noticia. A todos nos interesaría más una entrevista con Trueba o Pedro Pablo en la que expresaran sus sentimientos respecto a sus despidos de AS, su opinión sobre Relaño, etc… que una con Tachenko. Los lectores somos así. Nos gustan los confidenciales, las intrigas que se cuecen en las redacciones… ¿Cómo si no construyó De la Morena su imperio?: a base de meterse con García durante años. ¿A quién no le interesa una entrevista con Paco González sobre su despido de la SER, con Lama sobre su despido de Cuatro o una de ambos en las que hablen sobre el comportamiento de Manu Carreño? Eso sí que sería un bombazo, no solo de pinchazos directos en la web sino de todos los visitantes nuevos que tendríais con las citas de otros medios. Ya sé lo que estáis pensando: no queréis convertiros en un «Sálvame». Pero la viabilidad del proyecto depende del número de visitas y para leer las declaraciones de Urrutia sobre Kepa ya están el AS y el Marca. Vosotros tenéis que dar algo diferente: noticias exclusivas, declaraciones polémicas, reportajes incendiarios… ¿Dónde quedó el periodismo de investigación, el periodismo de denuncia? Ya hay multitud de medios practicando un periodismo blando y suave, con entrevistas amables a los protagonistas. Para sobresalir y conseguir vuestro espacio tenéis que ser distintos. Queremos más artículos tipo «El tocapelotas» de FdlC. Por cierto, la sección «Periodismo» solo cuenta con dos entradas en dos meses…
En fin, que a pesar de lo que pueda parecer lo anterior, aquí me quedo, apoyándoos desde el anonimato de mi móvil o portátil a través de un click. Intuyo lo que estáis pensando: «no has entendido la filosofía de A la contra, no queremos ser otro Chiringuito, los protagonistas son los futbolistas, no los periodistas, etc…». Valeeeeeee, pero incluso vosotros tenéis una sección de Sexo como reclamo en la web… aunque solo cuente con tres solitarios artículos, uno cada veinte días :O