Me gusta el 4-4-2, así a secas, sin rombos, sin despliegues ni pliegues. Me gusta el Madrid en 4-4-2, así sin pivote defensivo (sea quien sea), con dos líneas bien claras, apoyadas en Modric y Kroos y todos mirando a la portería contraria. ¿Para qué más precauciones? ¿Para qué tanta complicación táctica con pivotes, medias puntas y otras probetas? Supongo que para meter con calzador a quien debe jugar por que debe jugar y para hacer sitio a quien parece que merece un sitio.
Cuando las cosas se hacen fáciles, suelen salir bien. Y así le ocurrió a este Real Madrid lineal ante el Sevilla, con un 4-4-2 de siempre con volantes largos, con laterales profundos, con Cristiano enchufado y con muchas ganas de hacer goles, con un Kroos que se arranca, y un Modric que participa feliz… Y así sucumbió el Sevilla cuando el protagonista menos esperado, el central Nacho, abría la lata de un equipo ‘championero’ irreconocible en defensa. Bueno, peor que irreconocible, digamos indigno.
Este es el Madrid que pone en pie al Bernabéu, como ocurrió cuando el once enfilaba la ducha en el descanso. ¿Qué premiaba la grada con el aplauso? Cosas olvidadas esta temporada, como la rápida movilidad de balón, los continuos desmarques por banda, las jugadas bien trenzadas y, en definitiva, un buen ritmo pletórico de confianza y seriedad. Insisto, así de fácil. Zidane me pareció atinado incluso en los relevos. Hay testigos de que una tras otra las sustituciones respondían a lo que en mi círculo comentaba: Kroos, Modric y, echándole valor y autoridad, Cristiano Ronaldo en el 75´. Clavado.
Así sí. Así da gusto ver al Madrid. Es la justificación para defender que en la Liga sigue vivo, que en la Champions tiene muchísimo que decir y por supuesto que en el Mundialito de clubes en el que participa la semana entrante parte como favorito. Recordemos, con un 4-4-2 sencillo, sin rombos, sin pivotes defensivos añadidos a Kroos y Modric cuando no es necesario, sin jugadores añadidos por razones de Estado. Cinco goles que pudieron ser cuantos hubiera querido el equipo blanco; cinco razones para entender que efectivamente el Madrid remonta el vuelo cuando más oscuro estaba el horizonte. El Balón de Oro ha puesto las pilas no sólo a Cristiano. Ha vuelto la luz.