Después de 63 días de inactividad el galés reaparece en el Bernabéu en un partido de Copa contra el Fuenlabrada. No sale de inicio y salta al campo con apenas un poco más de 30 minutos para la finalización del partido. Aparentemente todo va bien. Una magnífica asistencia a Mayoral es el preludio del gol del canterano y el mismo está a punto de hacer gol. Sin embargo, en muchas fases del juego se le ve “estirando” el gemelo izquierdo. Hasta ahí todo normal. Pero sorprendentemente ha desaparecido de los entrenamientos. No va a jugar contra el Atlethic y es duda razonable para jugar la próxima semana en Champions. Otra vez el “oscurantismo”. No hay parte médico porque no hay diagnóstico. Y saltan una vez más las alarmas. Necesita un psicólogo, tiene miedo a jugar, no soporta la tensión, no tiene carácter, etc, etc, etc.
Seamos serios. Vamos a puntualizar. Los americanos dicen: la élite “masacra” al débil. Gareth ha ganado Champions, ha jugado en los grandes estadios del mundo, hace años que es profesional del fútbol. Afamados entrenadores coinciden que estamos ante un magnífico jugador. Todo esto es sinónimo de “debilidad”. Creo que no. Y volvemos una vez más a la pregunta que todo el mundo fórmula. Cuál es la solución a tantas lesiones. Pues la respuesta está en manos de los médicos. La investigación ha avanzado hasta límites insospechados. En todos los campos. Hace unos años un jugador de fútbol se rompía el cruzado anterior de una rodilla y prácticamente tenía que retirarse. Era una lesión grave. Actualmente, la cirugía lo ha solucionado. Reemplaza el ligamento por un tendón de cadáver o del propio jugador, que se “vasculariza” y termina haciendo la función del ligamento dañado. Hasta aquí parece todo normal. Sin embargo, es bueno que sepamos que un ligamento une hueso con hueso. Y un tendón une hueso con músculo. ¿Ciencia ficción? No. Investigación, rigor, destreza, conocimiento, en una palabra el siglo XXl.