El fútbol vive en una burbuja permanente, que lejos de explotar se hace cada vez más grande. Siempre pensamos que el mercado futbolístico crece por encima de sus posibilidades, pero lo cierto es que no sabemos hasta dónde llegan esas posibilidades. Especialmente en el caso de los clubes ingleses.

Los equipos ingleses tienen dinero, mucho dinero, que procede en gran parte de las cadenas de televisión británicas, que son las que pagan la mayoría de las facturas de esta fiesta. Y no sólo los de la Premier League, también los de la Championship, una segunda división que está entre los campeonatos con más poder adquisitivo de toda Europa.

Cuando quieren a un futbolista o creen que lo necesitan, lo fichan. O hacen todo lo posible por conseguirlo. Y hacer todo lo posible es poner el dinero que haga falta encima de la mesa. La valoración de si es excesivo o no el precio es relativa para ellos. En realidad, para los ricos todo es relativo. Sobre todo el dinero.

En 2017, los 20 equipos de la Premier League llevaban gastados hasta ahora 1.600 millones de euros, una cuarta parte más que en 2016, según un estudio de Deloitte que recoge Reuters. El 31% de los beneficios de los clubes ingleses va para fichajes, según el mismo estudio.

Si empleamos como base la valoración de mercado que establece la web transfermarkt, lo que ha pagado el Liverpool al Southampton por el central holandés Virgil Van Dijk se acerca al triple del valor en el que estaba tasado. De los 30 millones de euros en los que estaba valorado el futbolista de 26 años hemos saltado a los 85. Una barbaridad.

A partir de ahí, ¿cuánto se puede pedir por una gran estrella mundial? Lo que se quiera. O lo que estén dispuestos a pagar los clubes ingleses, el PSG, el Real Madrid o el Barcelona, que son los que manejan dinero suficiente para estar dentro de este círculo. Ni siquiera un club con la fortaleza económica del Bayern parece dispuesto a entrar en esa loca carrera.

Si pensábamos que el mercado se había roto en verano de 2016 cuando el Manchester United pagó 105 millones de euros por Paul Pogba, en 2017 el mercado no es que se haya roto, es que ha reventado. El listón lo elevó el PSG el último verano hasta los 222 millones que pagó por Neymar y ahora ha llegado el Liverpool para agitarlo casi todavía más al fichar a Van Dijk por 85. Un centrocampista, un delantero y un defensa. Ellos marcan el tope por posiciones.

La propia FIFA reconoció, según el referido estudio de Deloitte, que sólo en julio y agosto pasado se invirtieron 5.300 millones de euros en fichajes, lo mismo que en todo 2016.

Para poner en situación el fichaje de Van Dijk, el defensa más caro de la historia, hay que recordar que hasta ahora ese lugar lo ocupaba el francés Benjamin Mendy, por el que el Manchester City desembolsó 57 millones hace unos meses. Cuando llegó al City, Pep Guardiola tenía claro que debía reforzar su defensa y, además de Mendy, esta temporada llegó Kyle Walker (56 millones). La pasada, John Stones (55 millones). Hasta que apareció Van Dijk estos eran los tres defensas más caros. Van Dijk ha costado más, por ejemplo, que Lukaku, fichado por el Manchester United por 84 millones, o Álvaro Morata, por el que el Chelsea pagó 80.

Si por Pogba se pagaron 105 millones y ahora por Van Dijk 85, ¿cuál es el precio que pondrá el Liverpool a Philippe Coutinho? Si es que le pone precio. Habrá quien diga que el Liverpool se ha gastado esa millonada en Van Dijk pensando en que va a vender a Coutinho en verano. Claro que también se podría pensar que, en realidad, el Liverpool se ha gastado ese dinero porque lo tenía y lo creía necesario.

Transfermarkt tasa a Coutinho en 65 millones. Siguiendo la ecuación de lo que ha costado Van Dijk nos iríamos a los 184 millones por el brasileño al que pretende el Barcelona, que pagó 105 millones al Borussia Dortmund por Ousmane Dembélé.

¿Y Harry Kane? El futbolista que más goles ha marcado en 2017 está tasado en 80 millones, pero su entrenador en el Tottenham, Mauricio Pochettino, ya ha dicho que Kane «no tiene precio, está fuera de mercado». El Tottenham no necesita vender, así que quien lo quiera tendrá que prepararse para una negociación larga y con muchas cifras. Aplicando la misma regla a partir del fichaje de Van Dijk, el precio de Kane sería de 232 millones. Una cifra similar a la que saldría en el caso de Gareth Bale, atendiendo a su valor de mercado (75 millones). Pero en este caso, los problemas físicos del galés le alejarían mucho de esos 212 millones que nos salen aplicando la regla Van Dijk.

Mejor valorado por transfermarkt que Coutinho y Kane está Antoine Griezmann, al que ya se ha vinculado con el Manchester United, PSG y Barcelona. Bien, el delantero francés del Atlético aparece tasado en 100 millones, por lo que aplicando la misma regla que en los casos anteriores su precio de mercado se dispararía hasta los 283 millones de euros. Y mejor valorado todavía que Griezmann está Neymar, tasado en 150 y por el que ya se pagaron 222. Si su valor se multiplicara lo mismo que el de Van Dijk subiría hasta los 425. ¿Y Cristiano? De los 120 en los que está tasado subiría a los 340.

Pero todo esto no son más que fantasías y la realidad quizá sea todavía más sorprendente. No habrá que esperar mucho para comprobarlo, sólo hasta el próximo verano. O puede que al mes que viene.

Por cierto, Leo Messi está tasado en 180 millones de euros. Apliquen la regla Van Dijk y hagan ustedes las cuentas… Sí, 510 millones.

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