La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, ha amenazado este viernes con no acudir a los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán el próximo mes de febrero en Pyeongchang (Corea del Sur) por motivos de seguridad. «La cuestión está abierta», apuntó Haley, por la seguridad para los atletas que supone la cercanía de Corea del Norte. Pyeongchang se encuentra a apenas 85 kilómetros de la Zona Desmilitarizada que separa desde 1953 a las dos Coreas.
Según distintos medios, las declaraciones de Haley -una persona muy cercana al presidente Donald Trump– han creado confusión en Estados Unidos, ya que el portavoz del equipo olímpico, Mark Jones, negó que hubiese habido algún tipo de contacto con el gobierno para suspender la presencia del equipo olímpico en Pyeongchang.
Esta amenaza llega dos días después de que el Comité Olímpico Internacional prohibiera a Rusia acudir a los Juegos por su masivo programa de dopaje. Sí podrán participar deportistas rusos clasificados y autorizados individualmente tras pasar control antidopaje individualizado, con revisión estricta del historial de controles de cada uno. Este equipo ruso de PyeongChang se conocerá como ‘Deportistas Olímpicos de Rusia’ (OAR, Olympic Athletes from Russia) y competirá bajo bandera neutral
El presidente de la Fedración Internacional de Atletismo (IAAF), Sebastian Coe, analizó esta semana la situación en A la Contra. «La decisión del COI sobre los atletas rusos en los Juegos de Invierno no es algo que nos coja por sorpresa, porque se ajusta a las coordenadas que nosotros ya veníamos manteniendo entre 2015 y 2016. No podíamos permanecer ciegos ante lo que estaba pasando allí», señaló Coe.
A esta situación con Rusia se une ahora la amenaza de los Estados Unidos, aunque el debate se ha instalado ya en el país norteamericano. Los críticos del Gobierno de Donald Trump consideran que no asistir a los Juegos de Invierno sería una bofetada diplomática al gobierno de Seúl, que es un aliado de EEUU. Además, el hecho de que Haley haya hecho pública la amenaza 48 horas después de que el Comité Olímpico Internacional haya prohibido la asistencia de Rusia, con la enorme controversia por la relación entre Donald Trump y Vladimir Putin, ha afilado los ánimos a quienes creen que para EEUU es imperativo asistir a Pyeongchang en febrero.