Aquella noche en Manchester fue fantástica, llena de confidencias, y en una de ellas, Valdés, camino ya del Lawry, el hotel donde vivió su primer año, el mismo donde hoy vive Mou, dijo: “David es el mejor portero del mundo. No os lo podéis imaginar”. Acababa de regresar a los terrenos de juego de debutar con el filial del United en un partido de mierda después de ser suplente contra el Cambrige en la FA Cup, después de salir del túnel. El calvario había terminado y era feliz entrenándose en el barro y siendo suplente de De Gea. Y aquella noche, después de cenar en el mejor restaurante de Manchester, después de una charla maravillosa con el padre de Fellaini, ni se imaginaba que solo unos meses después Van Gaal le apartaría del equipo y volvería a empezar otro calvario, aquella noche Valdés insistía: “Te lo digo yo, todavía no le valoráis lo suficiente. Es el mejor. Ya se darán cuenta”. Era enero del 2015.
Han pasado dos años. El sábado, en el Emirates, David de Gea, nacido en Madrid, criado en Illescas (Toledo), del Atlético de Madrid por formación, paró 14 remates en el Emirates y al final del partido logró lo imposible: poner de acuerdo a Mourinho y a Wenger: “Se lo he dicho a él y lo digo aquí: hoy hemos visto al mejor portero del mundo”, dijo el portugués. “Ha sido una exhibición. Hoy no ha ganado el mejor fútbol sobre el campo. Si hemos rematado 33 veces y solo hemos marcado un gol es porque no fuimos efectivos, pero también porque De Gea ha sido el portero. Nosotros hemos cometido dos errores y hemos tenido 10 ocasiones claras, pero ellos han tenido a De Gea que ha hecho un trabajo excelente, fuera de serie”, reconoció el técnico francés.
Al final del partido, De Gea, todavía de azul celeste, aún con el rastro del césped sobre la camiseta, resumen de las panzadas que se dio, atendió a las televisiones en las entrañas del Emirates. “¿Se puede parar más?”, le preguntó el reportero de Movistar+ España. “Siempre se puede parar más; me han metido un gol no ¿no? Siempre se puede parar mas” respondió sonriente y feliz por una actuación histórica, en la que duplicó su récord de pelotas de gol salvadas: hasta entonces, siete contra el Chelsea. Desde ayer, 14. Para la historia, la que puede ser la mejor intervención de esta Premier, por lo menos, la mejor en lo que va de campeonato: la mano derecha que le sacó a un remate de Lacazette, abajo, junto al palo derecho. De inmediato, despejó el remate a bocajarro de Alexis. “Increíble, hoy no había manera”, admitió el 9 del Arsenal ante los medios. En verdad, parecía que tuviera tres brazos. “Sí, puede que este en el mejor momento de mi carrera”.
Su actuación permitió rentabilizar la eficacia del United en un partido en el que ganó tres puntos y perdió a Pogba de cara al derbi. Debió ser tan clara la expulsión –roja directa por una entrada a Bellerín- que ni siquiera Mourinho la protestó en la sala de prensa-. “No la he visto”, se limitó a decir. Los gunners tuvieron el 75 por ciento del balón, remataron 33 veces, y perdieron… porque el United jugó con De Gea. “No fue fácil. El Arsenal jugó muy bien, pero nosotros defendimos bien”, dijo el hombre que lo paró todo.
Pero nadie olvida que hubo un tiempo que esto no fue así, que sus inicios en la Premier fueron complicados, que hasta problemas dentales tuvo. Llegó después de que el United pagara por el de 29 millones de euros, que le convirtieron en el segundo portero más caro del mundo y el primero de la Premier. Pero la confianza de Ferguson fue indudable y al término de la temporada el United le renovó por dos años. Su obstinación y personalidad hicieron el resto. Salió del trance convertido en el portero con tres brazos, en el mejor del mundo.
Y tal vez eso, recordar el drama que le tocó vivir al llegar, le dé más mérito al dulce momento por el que pasa. Llegó en 2011 y acumuló un gol por partido de media en la Premier, algunos ridículos, varios por culpa de lo blando que era en el juego aéreo. “Ni le protegían, ni estaba acostumbrado a tenerse que proteger”, explica un veterano entrenador de porteros de la Premier. Puede que la contundencia le entrara por las orejas, escuchando rock duro, una de sus aficiones favoritas y así se hiciera fuerte. A estas alturas suma 215 partidos en la Premier, (casi 20.000 minutos y ha encajado 205 goles) después de dejar la portería a cero –lo que se viene llamando un clean sheet- en 84 ocasiones.
A la espera del duelo contra el City del próximo domingo en Old Trafford, De Gea advierte que el duelo mancunian será “un partidazo”. Y allí, en Manchester hay quien todavía se acuerda de Valdés y aquello que dijo una noche, camino del hotel donde vivió su primer año, el mismo donde vive Mou: “Es el mejor portero del mundo”. El sábado, en Londres, entusiasmado, fue precisamente Mourinho quien lo afirmó convencido tras la exhibición del larguirucho portero de Illescas. Llegados a este punto, resulta muy evidente.