Confieso no haber visto ni una sola película de las ocho de la saga Star Wars. He pecado, lo sé. Por favor no se ceben en mí. No me gustan las pelis de ficción. No tuve interés por la primera y en las siguientes sólo deseaba que pasara el tostón de la fiebre galáctica. Hasta hace bien poco pensaba que R2D2 era un grupo de rock inglés. Exactamente hasta que me pidió mi hijo el robot por Reyes para sacarme del error. Créanme, hay más gente como yo, seguramente escondida bajo la mesa, temiendo hacer el ridículo. Pero es que no me gusta la espada de luz, ni los trajes de carnaval baratos. Bueno, la máscara negra del malo sí me impresiona.
Os envidio, de verdad, a todos los que sabéis vida y milagros de esta gente de La Guerra de las Galaxias. Cuando escucho que algo pasa con Jabba, imagino a un jugador de alguna selección africana marcando algún gol en no sé qué partido. Llamadme inculto si queréis, pero no paso por el aro de las guerras interestelares. No me interesan nada. A mi dadme El Padrino, El Golpe, El Soldado Ryan o cosas así terrenales que no me induzcan a confusión, que no haya princesas del más allá y monstruitos con cara de abuelo. Yoda se llama, creo.
No soy ni seré un Jedi, si es que podría serlo. Jedi es el nombre perfecto del último fichaje del Valladolid procedente del Brasileirao. Será por costumbre, se me va la cabeza al fútbol. Aún estoy esperando que me expliquen quiénes son los Jedi, os lo juro, porque he leído que forman una familia, o una tribu o unos guerreros. No os enfadéis queridos locos de las Galaxias, pero con El Imperio contraataca llegué a los carteles que desaparecían en el horizonte y cambié a un partido de la Premier. De eso hace años y ahora no lo lamento. Quizás mi vida se acorte por semejante desplante intolerable a la película que cambió el cine (eso me dicen).
Y como nunca falta un sabio de la tele entre vosotros, lectores, si buscáis me encontrareis disfrazado de Galáctico con ocasión de un festivo programa de televisión futbolero. Lo pasé bien ese día viendo a Benjamín Zarandona con un traje de enorme oso. De eso hace unos cinco años. Hoy, que me he preocupado por ilustrame en A LA CONTRA sobre los personajes de la peli, he sabido que servidor iba disfrazado de Obi Wan Kenobi y mi amigo el futbolista, del peludo Chewbacca. Yo algo imaginaba, pero nunca tuve tiempo para interesarme por el personaje del chistoso disfraz que me clavó mi estimado amigo Felipe del Campo.
Sospecho que los protagonistas buenos, por su rubio aspecto, son Leia y Luke Skywalker. No sé por qué este chico tiene nombre de buen goleador para sustituir a Bale. Suena a futbolista caro, con rasgo de apellido inglés, peleón en el área, para formar la CBS en sustitución de la BBC, por ahí va el tiro. Dicen las malas lenguas que hace una veintena de años, a un director deportivo del Madrid le clavaron que era urgente fichar a Westinghouse, un soberbio anotador de triples. Tardaron en explicarle la broma de la nevera. Pues lo de Skywalker podría colar igual de bien. Algún ojeador sería capaz de buscar vídeos de los goles de Luke.
Por favor no me toméis esto como una irreverencia. No pretendo jugar con sentimientos ni despreciar lo que se cataloga de obra maestra del cine. Simplemente reivindico a los que no nos importa nada que El Imperio Contraataca ni El Despertar de la Fuerza ni La amenaza Fantasma, que en realidad me trae al PSG a la cabeza. Algunos no estamos conmovidos por la nueva entrega de la saga galáctica y pido perdón en nombre de todos por ir tan A la Contra. Eso sí, confieso que soy capaz de tararear la sintonía estelar. Por ahí me he enganchado
Apuntenme al club de los que pasan de los rollos estos.