Lo de Cristiano Ronaldo en Champions es de laboratorio. Algo tiene que le sube la adrenalina. Cuando uno cree que está en el túnel, le ponen delante al Dortmund y parece nuevo. Así lo vimos tan fresco como hacía tiempo que no le veíamos; tan incisivo, rematador, participativo y naturalmente goleador como se le venía echando en falta hace semanas. Seguramente tendrá algo que ver la recogida este lunes en solemne gala de su quinto Balón de Oro. A cualquiera le pegaría un subidón de adrenalina semejante distinción. Pero más allá de este premio cantado y sin ningún misterio, ha quedado del último partido de grupo de Champions el buen sabor del mejor CR7. Quizás haya superado por fin la frontera de la impotencia que le acompañaba desde hace fechas.
Hay luz para Cristiano al final del túnel. Al menos, hay esperanza en el madridismo de que así será por lo que apuntó ante el Dortmund. El golazo de disparo cruzado, de latigazo seco, con maravillosa precisión, podría ser el pistoletazo de salida a un futuro mejor. Sí, no se puede negar que el portugués trabajó mucho ante los alemanes, encaró con valentía en el uno contra uno, se asoció con acierto, estuvo entonado con aspecto de ir a más, apoyado en una condición física recuperada o al menos con mucho mejor aspecto de lo que mostraba últimamente.
Cristiano viaja a por su Quinto Balón de Oro con los deberes cumplidos en Champions. Empata con Messi en este honor, probablemente reconfortándole hasta extremos reflejados sobre el césped del Bernabéu. No lo duden, el ego del portugués sube como la espuma cuando el Planeta fútbol se pone a sus pies. Él es así y no puede ocultar en el campo, con sonrisa permanente, con tensión de ganador, con cabeza arriba y feliz en la dinámica del equipo. El Dortmund y el Balón de Oro han puesto a Cristiano en su sitio y amenaza con volver a sus máximos. Será justo a tiempo ante la visita del Sevilla (ojo a las bajas del Real Madrid) y en vías de hacer las maletas para ir al Mundial de Clubes, donde los de Zidane sólo pueden pensar en salir campeones.