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“No pasa un día sin que piense en él. Aún hablo con Randy en mi cabeza, juntos hicimos la historia eterna y la vida inmortal”. No es extraño que Ozzy Osbourne mantenga vivo el recuerdo de Randy Rhoads, pues con este virtuoso, referencia indiscutible del Metal neoclásico, grabó los mejores temas de su carrera después de Black Sabbath, canciones con solos y riffs de guitarra como ‘Crazy Train’ ‘I Don’t Know’ o ‘Mr. Crowley’, que situaron a Rhoads a la altura de genios legendarios como Ritchie Blackmore, Jimmy Page o Tony Iommi.
Rhoads formó su primera banda, ‘Violet Fox’, a los catorce años, y a los dieciséis, junto a su amigo Kelly Garni, fundó el grupo de Glam Metal ‘Quiet Riot’ (‘Cum On Feel the Noize’), con el que permanecería hasta finales de los años setenta. Más tarde, aunque Randy Rhoads reconoció que nunca le había gustado Black Sabbath, terminaría convirtiéndose en el acompañante necesario y perfecto en el inicio de la carrera en solitario de Ozzy Osbourne, con el que grabó dos álbumes de estudio, ‘Blizzar of Ozz’ (1980) y ‘Diary of a Madman’ (1981) antes de su repentina muerte, con tan solo 25 años, en un oscuro accidente de avioneta que nunca tuvo que haber ocurrido.
Randy fue el más grande. Y quien no lo conozca que escuche el disco en directo de OzzY titulado «Tribute» en honor al genial guitarrista.