El Salón de Convenciones del sevillano Hotel Los Lebreros vivió durante casi nueve horas una Junta de Accionistas del Sevilla con récord histórico de participación: 74.012 acciones representadas, esto es el 70,53% del capital social de la entidad. De esas acciones, el expresidente José María del Nido Benavente, que compareció escoltado por su hijo José María del Nido Carrasco, y su hermano Óscar del Nido Benavente, acreditó personalmente un total de 26,029: esto es, el 36,6% del accionariado presente en la Sala y el 26,18% del cómputo total de la entidad sevillista. Pero ni eso (ni algunos partidarios añadidos) sirvió a Del Nido y los suyos para ganar alguna de las cuestiones sometidas a votación. En todo caso, para añadir una práctica unanimidad al nombramiento de Carolina Alés Matador, hija del expresidente Roberto Alés, como consejera-administradora del Consejo.
La mejor expresión de los porcentajes que se enfrentaban se verificó en la votación sobre los sueldos a percibir por el Consejo: 300.000 euros por el presidente y 150.000 para el vicepresidente, según recordó el propio Del Nido, quien hizo uso de la palabra para debatir casi cada punto del día. Pero la votación sobre los sueldos, la más ajustada, la perdió por una puntuación de 53,92%-45,83%: esto quiere decir que de unos 14.000 accionistas minoritarios representados en la Junta, el 18,93% de los títulos presentes, Del Nido conseguía atraerse más o menos la mitad.
También se aprobó (55,58%-44,25%) el reparto de dividendos entre los accionistas, sin que Del Nido consiguiera el apoyo del importante sector de Gómez Miñán -con más del 3% total- al igual que en la aprobación de un superávit en 2016-17 de 23,5 millones de euros, después de impuestos. «Solo habrá sueldos para el Consejo si la entidad reparte dividendos», recordó el presidente, José Castro, quien apuntó a Del Nido: «Todo lo que hagamos estará mal sencillamente porque no lo hace usted… ¿se acordó usted del estado del Estadio en sus once años como presidente? Porque yo sí lo he hecho». Castro y su Consejo presentaron un superávit estimado de 18,4 millones de euros para 2017-18: 212,4 millones de ingresos frente a 194 millones en gastos.
Las frecuentes intervenciones de Del Nido dejaron frases como estas: «Sí me acordé del Estadio, se hizo un proyecto y ahí está… Igual el club se arrepiente por no haber tomado otra decisión ante la enfermedad de Eduardo Berizzo: se ha cambiado, se ha apostado por fichar más viejos que jóvenes, hoy nos dirigen los mismos que a finales de los 90 nos descendieron dos veces a Segunda y no quiero que se destruya lo que construí». Del Nido también dijo que «todo buen sevillista quiere hoy que pierda el Sevilla«, aunque rectificó esas palabras de inmediato y las calificó como ‘lapsus’. También adjetivó como ‘timorata’ la gestíón del Consejo que Castro preside y destacó: «En este Sevilla no hay principio de autoridad»… pero el presidente Castro le acusó de ‘faltar a la verdad’ sobre los motivos de un viaje particular del hoy apartado Steven N’Zonzi.
Otra intervención de buen calibre mediático fue la de Agustín Martínez Becerra, el abogado defensor de tres de los acusados por violación en Pamplona, dentro del grupo de ‘La Manada’. Martínez volvió a denunciar a Castro y sus actividades económicas (como una presunta disposición de dinero de cuentas del club), extremo que Martínez ya ha concretado judicialmente: «Repartir dividendos es para que usted se ponga un sueldo, y que usted se ponga un sueldo quizá sea para evitar que se haga transferencias a su empresa a cargo de las cuentas del Sevilla, como una de 50.000 euros… ha cargado varios gastos a las cuentas del club que solo hace poco ha restituido… todo esto que digo está grabado en varias conversaciones, no tengo miedo a las demandas«.
Castro endureció el tono en su réplica a Martínez: «¿Sabe de dónde ha salido ilegalmente esa documentación que usted dice? Sí lo sabe. Esas cuentas ya no existen y todo el dinero ha sido devuelto. Nadie me puede dar lecciones, no le debo nada al Sevilla; llevo años poniendo mi patrimonio al servicio del club, es ruin acusarme de algo así… Monchi se fue porque quería nuevos retos y así lo ha dicho. No se me puede culpar de todo. Usted tiene dos acciones, no es ni siquiera socio abonado y esas acciones las hace valer para obtener repercusión en los medios y desestabilizar«.