Cinco años después de haber sido sancionado de por vida, Lance Armstrong ha dejado de ser un apestado para el ciclismo profesional. El Tour de Flandes, una Clásica con 101 años de historia, ha cursado una invitación al ex ciclista estadounidense para la edición de 2018 (1 de abril) con la justificación de que «fue y sigue siendo un gran campeón». Las declaraciones corresponden a Wouter Vandenhaute, principal responsable de la organización: «Durante muchos años he sentido que, sobre todo, se le castigó por su arrogancia».
«Me encontré con Lance en Washington el pasado octubre y descubrí a un hombre arrepentido que está en paz con su destino. De acuerdo, el ciclismo profesional tiene que seguir haciendo esfuerzos para combatir el dopaje, pero también necesita aceptar su pasado. Creo que es bueno que sigamos honrando a campeones como Laurent Jalabert y Richard Virenque, así que ¿por qué no deberíamos dar también la bienvenida a Lance Armstrong y Jan Ullrich a nuestra gran familia?».
Wouter Vandenhaute hizo estas manifestaciones en la mañana del pasado jueves para salir al paso de las críticas por su invitación a Armstrong. «Con el Tour de Flandes Business Academy —una actividad para atraer negocio alrededor de la carrera— queremos invitar a conferenciantes de primera línea cada año. Puede ser alguien perteneciente al mundo del ciclismo, de otro deporte o de cualquier otro aspecto de la sociedad. Y el primer conferenciante al que hemos invitado es Lance Armstrong, que está encantado de visitar Flandes para contar su historia y su experiencia en su carrera favorita de un día. Para él, esto será un regreso al ciclismo y, por lo que a mí respecta, es muy bienvenido».
La presencia de Armstrong en el Tour de Flandes se producirá cinco semanas antes de comparecer en Washington en el juicio que determinará si defraudó al US Postal Service al doparse mientras la compañía postal estadounidense patrocinaba al equipo ciclista.
La actitud del Tour de Flandes, la primera gran carrera que indulta a Armstrong, es más llamativa aún (por no decir escandalosa) después del positivo de Chris Froome en la Vuelta a España.