A los 41 años, la mayoría de los futbolistas son ya exfutbolistas. A esa edad, Sebastián El Loco Abreu acaba de firmar por el Audax Italiano de Chile, el 26º equipo de su carrera, que inició en 1994 en Defensor Sporting de su Uruguay natal. Abreu bate así el récord mundial que hasta ahora tenía el exportero alemán Lutz Pfannenstiel, quien pasó por 25 equipos entre 1991 y 2011.
Algunos de esos 26 conjuntos los ha repetido Abreu, como Nacional de Montevideo, en el que ha militado en cinco etapas diferentes, o River Plate, San Lorenzo y Tecos, por los que ha pasado en dos periodos distintos. En total, Abreu ha militado en clubes de 11 países (Uruguay, Argentina, España, Brasil, México, Israel, Grecia, Ecuador, Paraguay, El Salvador y Chile), una cifra que la mayoría de los mortales ni sueña con visitar a lo largo de su vida. Ha jugado en Sudamérica, Centroamérica, Europa y Asia. Sólo un loco del fútbol y de su profesión puede alargar tanto, y manteniendo un buen nivel, una carrera.
Es un futbolista peculiar Abreu, tanto que es un delantero que se hizo famoso por fallar un gol cuando militaba en San Lorenzo de Almagro. Ese error le dio fama y un billete de avión hasta A Coruña para fichar por el Deportivo, en lo que fue su primera experiencia fuera de América.
No ha pasado más de dos temporadas sin cambiar de equipo y lo habitual es que no vista más que unos meses la camiseta de un club antes de buscar un nuevo destino.
Lleva casi 800 partidos como profesional y ha marcado más de 400 goles, 31 de ellos con Uruguay. Internacional en 73 ocasiones, participó en los Mundiales de 2002 y 2010, donde dejó para el recuerdo un lanzamiento a lo Panenka en la tanda de penaltis contra Ghana en cuartos de final. Era el penalti decisivo, Abreu lo convirtió y todo Uruguay enloqueció con él.